Leon Hunter

Los recuentos en traducción jurada

Post actualizado por última vez el 20/02/2019

Me parece muy urgente escribir un artículo sobre recuentos en traducción jurada porque si bien la mayor parte de los traductores tienen tarifas muy similares, en los recuentos hay unas divergencias enormes.

Es una realidad que muchos traductores no saben hacer recuentos… Los traductores no saben pero muchas agencias saben de sobra y a veces se aprovechan de la ignorancia de alguno que otro…

Es algo muy difícil preparar recuentos de traducciones y exige cierta pericia y experiencia. Por supuesto, que aquí estamos hablando de traducciones juradas por lo que la mayoría de los documentos vienen en PDF, escaneados en un formato de imagen o directamente te los dan en papel.

Conversores de PDF

No basta con tener instalado un Abby Fine Reader o similar porque rara vez nos da un recuento exacto del número de palabras. Muchas de las palabras convertidas aparecen en recuadros de texto que luego no salen en el recuento de Word y tampoco tiene en cuenta todos los sellos, logotipos, etc.

Son palabras adicionales y que necesariamente van a aparecer en una traducción jurada.

En mi caso, pienso que es mejor el propio conversor de Adobe. Un conflicto en los recuentos de archivos convertidos (que merece la pena mencionar) puede surgir a raíz de qué programa se esté utilizando para la conversión. Una forma de demostrar que el recuento es verídico es enviar al cliente la conversión. Si no todas las palabras han salido en la conversión (por ejemplo, porque hay partes en imágenes) se puede explicar que el recuento adicional de palabras (además de las que figuran en el Word) se debe a una estimación de las palabras que tendrán esas imágenes.

Opciones de recuento de Word

En las opciones de Word, hay que tener cuidado con seleccionar las opciones correctas. Es importante marcar la casilla «incluir cuadros de texto, notas al pie y notas al final», ya que puede ser el origen de alguna discrepancia.

 

Opciones de Word para el recuento de palabras.

Por último, es importante señalar que aunque ahora la costumbre generalizada sea dar un presupuesto cerrado desde el inicio, tradicionalmente no se ha hecho así. Principalmente en las traducciones juradas y con ánimo de evitar conflictos, se ha presupuestado siempre sobre el recuento final. Muchos traductores jurados «antiguos» siguen empleando este sistema y cobran las palabras finales.

Recuentos sobre palabras finales

Además de lo ya mencionado (que el traductor o la traductora puede preferir cobrar sobre el recuento final o tiene esa costumbre) es importante tener en cuenta que en algunas lenguas las palabras crecen y en otras decrecen. En los textos del español al inglés, normalmente las palabras decrecen. A veces existen estimaciones sobre lo que las palabras decrecen del español al inglés (por ejemplo, un 10% o un 15%). En muchos casos depende también del tipo de texto y la literalidad o no de la traducción. Algunos ejemplos en los que el texto podría no decrecer en una traducción del español al inglés son los siguientes:

  • Casos en los que el profesional de la traducción, ante la mala redacción del texto origen, ha arreglado algunas frases para mejorarlas;
  • Casos en los que no existe en la lengua destino una forma de decir una palabra en concreto y se usa una perífrasis o explicación. Pongamos que un impuesto se llama XZ en la lengua origen y que, en la lengua destino tenemos que decir «es el impuesto de no residentes que no pagan IVA pero sí pagan impuestos locales». Es un ejemplo inventado, pero da una idea de cómo puede crecer el texto en inglés;
  • Casos en los que haya que poner aclaraciones entre corchetes. Por ejemplo, puede figurar un «Ministerio de Asuntos Internos» y ponemos [Ministerior del Interior] entre corchetes para aclarar lo que es;
  • Casos en los que la persona que esté traduciendo sabe bastante del tema que está traduciendo y se permite algo de «overtranslation» en determinadas frases, dando algo más de explicación o de contexto. Esto no siempre es aconsejable, a menos que tengas conocimiento experto. Pero, como experto, yo puedo valorar que en un documento han puesto algo de forma muy telegráfica y que una persona ajena al campo no se va a enterar de nada en absoluto. O puedo, por ejemplo, escribir unas siglas o abreviaturas como palabra completa porque pienso que no van a entender. V. gr. puedo decir «High Frequency Trading» en vez de HFT.

También hay casos en los que el recuento en inglés podría ser incluso más corto de lo «normal». Esto puede ser porque se haga una postedición extensa del texto para recortar las frases más largas y escribir de forma que resulte más cómodo al lector (lo ideal en textos al inglés).

Dicho todo lo anterior: es verdad que en muchos idiomas: portugués, español, francés… Hay que tener en cuenta – en general – que el número de palabras crece con respecto al inglés.

Contar las palabras manualmente

Pues parece una tontería pero muchas veces es el mejor recuento que se puede hacer. No se trata de contar una a una todas las palabras del documento.

Se cuentan las palabras en una fila: por ejemplo 13 palabras. Hay que mirar un poco «la media» de palabras que tienen las filas del documento viendo una o más filas. Si en una hay 15, en otra 14 y en otra 13 podemos decir que una media aproximada son 14 palabras por fila.

Y si, por ejemplo, hay filas con solo la mitad de palabras, en ese caso podemos sumar esas «medias filas» por mitades para calcular nuestro total de filas del documento.

Una vez que tengamos claro que la media son, por ejemplo, 14 palabras por fila multiplicamos nuestro número de palabras / fila por el número de filas totales (sumando también todas las medias filas). Supongamos que hay 20 filas y 6 «mitades de fila». Tenemos 23 filas x 14 palabras = 322 palabras.

Los sellos

Los sellos son difíciles de computar pero tendremos que sumar las palabras del propio sello (al menos 7 u 8, y a veces más).

Supongamos que es un sello del «Ministerio de Educación y Ciencia, Subdirección General de Cualificaciones y Reconocimiento de Diplomas, Departamento General de Estudios Extranjeros» (me he inventado el nombre). Aquí ya tenemos la respetable cifra de 18 palabras en un solo «sellito» y no hemos contado las tres o cuatro de la anotación que realicemos [Aparece un sello:] (3 palabras).

De este modo podemos concluir que fácilmente muchos sellos van a tener 20 palabras o más así que siempre hay que mirar los sellos que más aparecen y acordarse de sumar una cantidad de palabras (incluso una cantidad generosa como 50 o 100 palabras por página) para «curarnos en salud».

Palabras en inglés y castellano

Dependerá el recuento también de que estemos considerando palabras origen o palabras destino pero si traduces a un idioma «más resumido» que el castellano (como es el inglés) y te salen más palabras en tu traducción a inglés que en el recuento (o supuesto recuento) original en castellano es que algo falla y el recuento no era correcto. Simplemente porque no puede ser.

Por otra parte, es frecuente que los traductores a castellano sumen un 15% al recuento porque el texto en castellano va a tener finalmente un aproximadamente un 15% más de longitud en cuanto a número de palabras que el texto en inglés (la cifra cambia un poco según quién lo diga pero está entre un 10% y un 20% el «aumento de texto» en castellano y siempre aumenta…).

Para traducciones juradas de castellano a inglés considero que el texto destino debería salir con menos palabras que el recuento original o, en caso de que hubiera hecho alguna anotación, al menos me tendría que salir un número de palabras similar pero nunca superior al recuento de palabras origen, porque entonces es que no cuadra por algún motivo y la agencia o la gestora que me ha pasado ese recuento o se ha equivocado o bien me está rebajando palabras adrede…

Y naturalmente hay que decirles (a la agencia) que el recuento en inglés ha salido muy similar al de palabras origen en castellano o, si lo supera, hay que notificarles que el recuento no cuadra y estaba mal hecho y que la próxima vez tengan más cuidado. Y si vemos que lo hacen a menudo, por supuesto que recomendaría dejar de colaborar con ellos. Porque una cosa es un error puntual y otra cosa es que lo hagan por sistema.

Rebaja indirecta de tarifas

En realidad da lo mismo el precio que pongas por palabra: 0,07 – 0,08 – 0,10… Si luego resulta que te están rebajando la tarifa por otro lado – mañosamente – dándote conteos muy bajos.

Se ha impuesto una cierta astucia que consiste en dar recuentos artificiosos – siempre inferiores a los reales – y tratar de imponer un conteo irreal contra toda evidencia.

Los típicos gestores que siempre dicen que un título son «200 palabras» con independencia de que tenga una página, dos, o tres legalizaciones por detrás. Salta a la vista que un título de licenciado español no puede tener 200 palabras. A mí en inglés en el modelo que hay publicado en este mismo blog, me salen más de 400 palabras y no creo que sobre nada.

Si aceptas traducir un título de 470 palabras con un recuento de 200 palabras dado por el gestor o cliente que te engaña con algún ardid, es que has perdido 270 palabras * tu tarifa. Por ejemplo, si la tarifa era de 0,10, has perdido 270 * 0,10 = 27 euros. Y título a título, es mucho pero mucho dinero lo que estás perdiendo… A 20 o 30 euros por día, imagínate el dineral que es a fin de mes. Son 200 euros por semana y 800 euros en un mes, más el IVA…

Recuentos temerarios

También existen los de «esta escritura son muy pocas palabras«. Es muy poquito, son 2.000 palabras…

Y luego estás a las 5 de la mañana, el recuento del Word va ya por las 5.000 palabras, te queda la mitad del documento y la entrega es a las 8 de la mañana… Creo que casi cualquier jurado se ha visto en esa tesitura y es un mal trago, y no digamos si pasa a menudo.

A veces es por culpa nuestra, por no saber hacer los recuentos y a veces es por culpa de algún gestor ineficaz o directamente caradura (dependerá de los casos). Las hay (ahora muchas) que no tienen ni idea por carecer de una experiencia real en traducción y, como no hacen ellas las traducciones, alegremente las reparten… Con los recuentos erróneos.

En cualquier caso tienes que ser consciente de que al aceptar esos encargos mal contados estás perdiendo una parte de la tarifa, que puede ser la mitad de la tarifa o más. Así que, si tu tarifa era de 7 céntimos, estabas en realidad trabajando por 3 céntimos o por menos… Pues casi te interesaría más hacer traducciones simples para alguna agencia de un país emergente que hacerlas aquí a 7 céntimos «de mentira» (porque en realidad son 3 y no 7 lo que te están pagando por palabra).

Además, la desventaja de los recuentos temerarios (y por eso son temerarios) es que nos podemos encontrar con que no podamos terminar la traducción en el plazo exigido o que la calidad sea inferior a la esperada con la consiguiente queja o problema… No solo es un problema de dinero.

RESUMEN:

Existen los recuentos manuales: número de palabras por línea / sumando también las mitades o «medias líneas» o número medio de palabras por línea * número de líneas de la página o número medio de líneas de página (si son varias) y por el número de hojas del documento.

Suma los sellos y sé generoso con las palabras de los sellos. Hay que sumar todo: sellos, logotipos, pies de página, encabezados, notas al pie, notas al margen, direcciones…

Recuerda que aunque nominalmente tengas una tarifa establecida si constantemente te encasquetan recuentos mayores que los reales es que estás rebajando tu tarifa un 20%, 25%, 50%…