Sin embargo, muchas veces puede tratarse de un trabajo que genera mucho estrés. Las cargas de trabajo son grandes, y los plazos muchas veces cortos. En ocasiones, parece necesario poner el trabajo por encima de la salud.
Sin embargo, con este artículo queremos recordar que lo primera es y será siempre la persona. Por ello, si el traductor no está bien tampoco lo estará su trabajo. Una manera de asegurarse de no llegar nunca a una situación en la que hay que decidir entre uno mismo y el trabajo, es procurar hábitos sanos de vida y trabajo. A continuación, algunas recomendaciones para que el trabajo sea más llevadero.
Cuida tu zona de trabajo
Quien busque paz y claridad mental y tenga un espacio de trabajo caótico difícilmente lo conseguirá. Es important que cada cosa tenga su lugar, y que s mantenga en él.
Para quienes trabajen de modo autónomo y no dispongan de una oficina o sitio de trabajo fuera de casa, esto es incluso más importante. Se debe intentar reservar un espacio de la casa para trabajar. Otros elementos a tomar en cuenta para contar con un buen sitio de trabajo son:
- Buena iluminación.
- Que sea un sitio lo suficientemente silencio como para concentrarse.
- Contar con silla, escritorio, ratón, etc. ergonómicos.
Mejora tus habilidades para administrar tu tiempo
Por más tareas que tengas pendientes, el tiempo es el que es. No puede estirarse por más que lo necesitemos. Por ello, lo mejor que puedes hacer para manejar bien el tiempo es ordenarte.
Asegúrate de aceptar trabajos que te de tiempo de hacer, y no te propongas objetivos imposibles de conseguir. Otra idea que puede ayudarte es la de establecer una lista de prioridades y actuar conforme a ella.
Lo más importante del manejo del tiempo es asegurarte que el tiempo de trabajo, sea solamente el de trabajo.
Work-life Balance
Del inglés, significa “balance entre vida y trabajo”. Enlazado con el punto anterior, este consejo hace referencia a que no debes sacrificar el tiempo que le dedicas a tu familia, amigos, descanso, necesidades fisiológicas y ratos libres por culpa del trabajo.
El trabajo es para mantenerte, pero la vida no es para trabajar. Es cierto que si te encanta el trabajo que realizas, las horas pueden pasarse sin que te des cuenta, pero al final del día el cuerpo y la mente necesitan despejar y realizar actividades distintas. También, no es justo para quienes te rodean que todo el tiempo que tengas se lo dediques al trabajo.
Por ultimo, si no haces la diferencia entre lo que es tu vida personal y lo que es tu vida laboral, ambas esferas tarde o temprano se verán afectadas. En tu trabajo, no serás tan efectivo como puedes, quieres y debes, y esto afectará a tu autoestima y estado de ánimo en general. Por otro lado, tus relaciones interpersonales empeorarán y te habrás descuidado a ti mismo.
Conocerse
Algo que puede resultar difícil, pero que es sumamente importante, es conocerse y quererse tal como se es. En mi caso, soy una persona que con facilidad se le olvidan los plazos, reuniones y demás cosas. Tanto las que me gustan, como las responsabilidades. He olvidado desde salidas con amigas hasta entregas de trabajos en la universidad.
Por esto mismo, tengo que recurrir a anotar todo en la agenda, y he tenido que construirme el hábito de revisar religiosamente la agenda todos los días. Así -aunque se me siguen escapando cosas de vez en cuando-, suelo recordar lo importante. Esto reduce considerablemente mis niveles de estrés, y me hace estar más tranquila contribuyendo a mi felicidad.
Establecerse metas claras
Quizá es por mi formación filosófica, o a lo mejor por mi forma de ser, pero me resulta indispensable detenerme constantemente y pensar: ¿Por qué hago lo que hago? Muchas veces, la desmotivación en relación a los estudios o trabajo surge porque en realidad no estamos haciendo lo que nos gusta. Y muchas veces, ni siquiera sabemos qué es lo queremos o lo que nos gusta.
Por eso, es importante asegurarse de que lo que se está haciendo va acorde con los planes y objetivos de vida. Los de largo y corto plazo.
Reconocer que a veces se necesita ayuda
Como humanos que somos, a veces las situaciones son mayores de lo que nos sentimos capaces de manejar. El trabajo es solo una parte de nuestras vidas, pero si en esta parte hay algo que nos afecta anímicamente está bien buscar ayuda.
De acuerdo con la página de Sanitas, los siguientes son síntomas por los cuales sería buena idea consultar con un profesional de la salud mental:
- Se tienen problemas para conciliar el sueño y descansar, generalmente porque no se puede desconectar de los problemas que uno tiene.
- Se siente agresivo, irritable, con cambios de humor que no se pueden controlar y que pueden llevar a generar situaciones límite.
- Se ha perdido el control sobre los acontecimientos diarios.
- No se controlan las emociones, se llora con facilidad y afloran, sin poder evitarlo, la rabia, la tristeza, la angustia, la impotencia, etc.
- Surgen problemas físicos como consecuencia de la somatización de los problemas: dolores en diferentes partes del cuerpo, presión en el pecho, aumento de la frecuencia cardiaca, hiperventilación o respiración muy superficial y acelerada, sudoración, etc.
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