Cómo convertirse en traductor freelance en 7 semanas (III): la necesidad de desarrollar las habilidades básicas para la traducción
Las habilidades básicas (o «basic skills» en inglés, también conocidas como «conocimientos de base» en castellano) son lo mejor que le puede aportar al traductor que comienza el sistema educativo y, sin embargo, vivimos rodeados de instituciones que nos deniegan el derecho a aprender lo más básico para iniciar nuestra andadura en la vida profesional – e incluso nuestra andadura en la vida en general.
Falta de base
Mi caso es el de una persona que ha sufrido un gran número de hándicaps a lo largo de la vida por lagunas educativas. Algunas se han suplido y otras no. En mi primer colegio tenía muchos problemas de adaptación y se tomaron la molestia de enviarme a una clase de refuerzo de lectura porque no sabía leer (los demás niños sí) y me daban vergüenza mis patéticos intentos de leer en alto. Un día me pidieron leer una cosa en alto y arrojé una silla dentro de la clase. Entonces me enviaron a una clase «especial» y nos dieron clases de refuerzo de lectura en un grupo reducido a otros niños problemáticos y a mí.
Sin duda, me sirvieron esas clases porque al poco tiempo tenía conocimientos sobresalientes en lectoescritura.
En otro colegio, al llegar a España desde Reino Unido no se molestaron en explicarme algunas diferencias entre las matemáticas que nos habían enseñado en Reino Unido y las de aquí y rápidamente me fui desinteresando y atrasando en la clase. La profesora no tenía paciencia porque era una niña joven y respondía con impaciencia a cualquier cosa que le molestara – como que alguien no lo entendiera todo a la primera. Y me pasé todo el bachillerato sufriendo serias lagunas en matemáticas.
El sistema americano
Envidio el sistema americano (o mejor dicho, estadounidense) porque repiten y repiten lo mismo una y otra vez y luego revalidan el conocimiento en los exámenes de SAT, GRE, GMAT… El caso es que uno no puede pasar por el sistema educativo sin saber ciertas cosas de gramática, aritmética, geometría… Figúrate que al pedir plaza para un máster y ya habiendo terminado una carrera universitaria, hay que hacer un examen como el GRE cuyo contenido es (en gran parte) un repaso de matemáticas y lengua de la escuela primaria y la secundaria. Pero la ventaja es que ninguna persona – aunque sea de letras – sale de un máster o un doctorado sin saber lo esencial.
Saber mecanografía para acceder a un máster / posgrado en traducción
La mayoría de los norteamericanos aprenden mecanografía en la escuela pero, por si no lo hubieran aprendido, en los másteres y posgrados de traducción piden mecanografía y hacen prueba de velocidad.
Puede que parezca «nazi» o anticuado pero me parece un acierto. Yo no aprendí porque no nos enseñó nadie en la escuela y, posteriormente, habiendo empezado ya a trabajar he intentado aprender (sin éxito) a mecanografiar correctamente y he ido a cursos pero el problema es que vuelves a casa tras la clase y te pones a escribir «de la manera incorrecta» porque tienes decenas de correos a los que responder, una traducción de 3.000 palabras para mañana, etc., etc. Las consecuencias son las que ya conocemos: RSI (repetitive strain injury – lesiones por esfuerzo repetitivo), dolores de espalda, cervicales, lumbares, incluso de la cadera, etc.
Y también baja productividad, por qué no decirlo. Porque, aunque lo compensemos con estrategias compensatorias (ya sean de tipo tecnológico como el reconocimiento de voz o de tipo personal, como el conocimiento «de memoria» de X tipos de texto), el problema de base no se soluciona.
Problema de competitividad para las empresas
No solo es un problema personal para la persona que sufre las lagunas sino que las empresas también padecen esta falta de productividad, y es un atraso para Europa (sobre todo) que es donde más sufrimos esta falta de habilidades básicas. Se da la paradoja de que el sistema educativo es muy avanzado, se enseñan cosas complicadísimas pero lo básico nos falta y no se le da ninguna importancia.
Puede que en una gran empresa pueda permitirse mandar a los empleados a un curso de Office durante dos o tres meses a la vez que les pagan el sueldo, a otro curso de mecanografía y a otro curso de lengua pero para las PYMES es una ruina. Y como están las cosas, nadie va a invertir en ti así que olvídate de que te lo enseñe la empresa.
Una cruzada por las habilidades básicas
Para trabajar en traducción – por mucho máster que tengas – en cualquier trabajo va a ser necesario (como mínimo – e incluso si trabajas en tu casa) saber lo siguiente:
– Escribir a máquina con una velocidad aceptable y sin machacarte las muñecas, los dedos, el cuello, etc.
– Saber lo más importante de Word: cómo crear una tabla, tipos de letra, tabulaciones, saltos de página, formatos… Y también de los otros dos principales programas del paquete office: Excel y Power Point.
– Conocer perfectamente el/los idioma/s que traduces y saber redactar en castellano (o en tu lengua nativa, si no es castellano).
Luego, para complementar, puedes aprender a utilizar alguna CAT Tool (aunque es más importante el Word porque si no sabes utilizar la CAT Tool al menos puedes hacer las traducciones en Word, pero si no sabes Word, estás perdido).
Si no sabes estas cosas al salir de la carrera, olvídate de tener una carrera profesional feliz en traducción. Vas a sufrir bastante hasta que las aprendas y tu vida va a ser difícil y miserable y todo te llevará el doble y ganarás poco dinero.
Por tanto si quieres triunfar en traducción, tu cruzada y el primer obstáculo es afianzar las habilidades básicas.
Tareas de hoy
Toma un expediente académico cualquiera en tu lengua origen (preferentemente con muchas filas y números y que también tenga alguna parrafada de texto administrativo) e intenta reproducirlo en Word en tu lengua destino, haciendo tú misma las tablas. Piensa en el tiempo que demoras en hacerlo y – si fuera un trabajo profesional – si estarías preparada para hacer 2.000 o 3.000 palabras por día de expedientes similares. Piensa que más o menos tienes que ser capaz de hacer entre 300 y 500 palabras por hora para que salgan las cuentas (teniendo en cuenta que hay que revisar luego).
Apunta en un papel lo que te lleva más tiempo o te cuesta más – ¿Cuál es tu hándicap exactamente?
¿Es la mecanografía? — «Me sé todas las palabras pero no puedo escribir lo suficientemente rápido» – «Escribo rápido pero hay muchos errores».
¿Es la maquetación en Word? — «No sé cómo reproducir esto igual que en el original».
¿Es el conocimiento de las opciones de Word? — «La ortografía está por algún sitio, pero no sé dónde… La he pasado pero siguen apareciendo errores y no hace lo que quiero».
¿Es el conocimiento del inglés o la lengua origen? — «Tengo muchas dudas sobre cómo se traduce esto / no encuentro los términos».
¿Es el conocimiento de la lengua destino? — «Por mucho que lo escriba y revise en castellano no me suena natural o no sé si es correcto».
Con eso ya sabrás un poquito más sobre tus problemas a la hora de lanzarte al mercado profesional y tendrás que ir buscando cursos gratuitos, cursos del ayuntamiento, cursos para desempleados… o pagarte un curso, en lo que falte para poder trabajar cómodamente.
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