Leon Hunter

¡Cuidado con los galicismos!

¡Cuidado con los galicismos!

¡Cuidado con los galicismos!

Hace algunas semanas dedicamos una entrada a hablar de extranjerismos y anglicismos innecesarios. Pues bien, en las líneas que siguen hablaremos de galicismos —que nada tiene que ver con Galicia, y sí con Francia— y de por qué, en algunos casos, hay que andarse con mucho ojo a la hora de utilizarlos. Es más, con el término galicismo no solo se alude a vocablos o palabras procedentes de la lengua francesa, sino también a los giros y modos de hablar propios de allí. Por consiguiente, huelga decir que en español existen muchas estructuras galicadas, incluso más de las que podemos llegar a imaginar. Es en este terreno —i. e., en el de las construcciones sintácticas— en el que merece la pena detenerse.

Es de sobra conocido que el francés ha aportado mucho al caudal léxico del español, como podemos constatar con términos como restorán, gourmet, amateur, garaje, chef, remodelar, carné o debacle, entre muchísimos otros. Sin embargo, también se han incorporado a nuestra lengua ciertas estructuras que no se recomiendan por tener equivalentes en castellano. Pongámonos en situación: si nos suenan bien estructuras como ejemplo a seguir u olla a presión, entonces es conveniente seguir leyendo estas líneas. En el primer caso, podemos apreciar que se trata de una construcción formada por un sustantivo (ejemplo), la preposición a y un infinitivo. Este tipo de construcciones galicadas, según la Nueva gramática de la lengua española,  ya existían en latín, aunque se extendió en el siglo XIX gracias a la lengua francesa (2009, § 26.6l, p. 1989). En la misma obra, además, se desaconseja el uso de la preposición a en favor de otras como por o para —asuntos por resolver en lugar de asuntos a resolver; temas para tratar por temas a tratar— o de oraciones con relativas de infinitivo. De este modo, la construcción ejemplo a seguir podría ser sustituida ejemplo que seguir o ejemplo que se debe seguir. Además, es preciso mencionar que, si se desaconseja el empleo de la preposición a en lugar de por o para, es precisamente porque no aportan el mismo significado a la oración. En el Diccionario panhispánico de dudas queda recogido lo siguiente al respecto:

Con respecto al uso de por en lugar de a, es necesario señalar que la construcción con por posee un matiz significativo adicional; así, no es exactamente lo mismo cantidad por pagar que cantidad a pagar: cantidad por pagar es ‘cantidad que queda todavía por pagar’, e implica que se han satisfecho otros pagos anteriormente, mientras que cantidad a pagar es, simplemente, ‘cantidad que hay que pagar’.

En otras ocasiones, se desaconseja el empleo de estas construcciones por ser redundantes. Verbigracia, ejemplo a seguir. Si alguien o algo es un ejemplo, ya estamos dejando claro que es digno de imitar. Lo mismo ocurre con la expresión tareas a realizar, pues con el uso del término tarea se sobreentiende que es una actividad o trabajo que debe ser realizado. Aplíquese también para otras expresiones como procedimiento a seguir objetivos a cumplir. Es decir, hay razones suficientes para evitar estas construcciones galicadas.

También es frecuente que nos encontremos con estructuras de sustantivo + a + sustantivo —como la ya mencionada olla a presión—, que también provienen del francés. En algunos casos, no solo se trata de una estructura procedente del francés, sino también de un calco, como en motor a gas —de moteur à gaz— o barco a vaporbateau à vapeur—. En ambos casos, la preposición de podría sustituir a la preposición a, como se puede ver en los siguientes ejemplos:

Las patatas cocidas en olla de presión pueden conservar hasta un 80 por ciento de su contenido original de ácido ascórbico (Grande Covián, Temas de hoy, 1988, CREA).

Todavía recuerdo el olor a goma quemada, a humareda salida de la chimenea de un barco de vapor (M. Sanz, La lección de anatomía, 2008, CORPES XXI).


Otras estructuras gramaticales procedentes del francés

Aún no podemos cerrar el capítulo de construcciones que hemos calcado del francés. Una muy común es la de usar como + gerundio, como se especifica en la NGLE: «Se considera galicismo el uso de «como + gerundio» con valor causal. Es construcción que no se recomienda. Así, en lugar de No siguió mi consejo como considerándolo equivocado, se prefiere la variante con «por + infinitivo»: No siguió mi consejo por considerarlo equivocado«» (§ 27.5f, 2009, p. 2066).

También cabe destacar las llamadas construcciones de que galicado, muy presentes sobre todo en el español de América. Estas construcciones están formadas con el verbo ser, un foco oracional y una oración encabezada por que, como en A lo mejor es por eso que a veces me roza la cara con los dedos […] (Cortázar, Reunión y otros relatos, 1983). Es decir, se habla de construcción galicada por cuanto en español se repite la preposición y se acompaña del artículo ante que. O dicho de otro modo: se debería decir es por eso por lo que o por eso es por lo que. Esta opción es la preferida en el español europeo, como en ¿No es por eso por lo que están ustedes aquí? (Ruiz Zafón, La sombra del viento, 2001).

Otra estructura incorporada del francés es venir de +  infinitivo cuando esta significa ‘acabar de’. Es decir, sí es correcto cuando expresa movimiento —v. gr., Vengo de comer con unos amigos—, pero no lo es cuando expresa que algo ha acabado en un momento próximo al de proferir el enunciado. Esto es lo que dice el Diccionario panhispánico de dudas: «es galicismo innecesario y censurable el empleo de venir de + infinitivo con el valor de ‘acabar de + infinitivo’ o como mero equivalente de los tiempos compuestos de pretérito de la conjugación: *»Independientemente de la carencia que venimos de señalar, el libro de Baptista ofrece magníficas posibilidades»» (Universal [Ven.] 9.10.96).

Estas son algunas de las construcciones galicadas que más utilizamos a diario y que, desde luego, no está de más saber si el empleo de estas es aconsejable o no. Lo que seguro que no lo es, desde luego, es utilizar la expresión a día de hoy —de aujourd’hui— en lugar de otras como hoy en día, hoy día, hoy por hoy o, simplemente, hoy. Como se ha podido ver, no solo el inglés está presente en nuestra lengua; el francés sigue manteniendo su injerencia.

Referencias bibliográficas:

Real Academia Española: Banco de datos (CORPES) [en línea]. Corpus del español del siglo XXI.  <http://www.rae.es>.

Real Academia Española: Banco de datos (CREA) [en línea]. Corpus de referencia del español actual. <http://www.rae.es>.

Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2005). Diccionario panhispánico de dudas. Madrid: Santillana.

Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2009). Nueva Gramática de la lengua española. Morfología y sintaxis. Madrid: Espasa.