A pesar de que es el uso el que hace la lengua y no al contrario —véase el manido ejemplo del iros—, lo cierto es que hablar con corrección es un valor al alza. Es, podría decirse, la carta de presentación de cualquier persona; y, como dice el refrán, «por la boca muere el pez». Por este motivo, el propósito de este artículo es mostrar algunas expresiones de uso cotidiano que, por diferentes razones, se desaconsejan.
El mismo, de la misma…
Uno de los usos más extendidos es el del adjetivo mismo/a como pronombre anafórico. Es frecuente leer en textos periodísticos, administrativos y jurídicos oraciones como «Se trata de la subdirectora, Beatriz Pecker, a quien se atribuye ahora el mando de las unidades y servicios de la misma» (El País, 28/01/1998) o «Será también Ruiz Polanco el que investigue si Garzón ha perdido su imparcialidad sobre este asunto o tiene algún interés particular en el mismo»(El Norte de Castilla, 12/12/2000). En ambos casos se podría sustituir por un demostrativo —de esta en el primero; este en el segundo— como recomienda la Nueva gramática de la lengua española (2009): «Se recomienda no abusar de esta construcción y sustituirla, cuando sea posible, por elementos anafóricos como un pronombre personal, un posesivo o un demostrativo» (§ 16.7c, p. 1207). Además, como ya señalaba Lázaro Carreter en El dardo en la palabra, «pero, muchas veces, se precisa un anafórico, es decir, un pronombre o un posesivo que remita a un término ya expresado. Y es entonces cuando, “por considerarlo fórmula explícita y elegante”, es decir, hortera, se echa mano de ese mismo espurio» (2003, p. 310).
En base a
Otra expresión cuyo uso está muy extendido es en base a. Hay muchas locuciones equivalentes a esta, como con base en, a partir de, sobre la base de o en función de. Sin embargo, es muy común encontrar ejemplos como este: «Lamberto consideró equivocada la actitud de los mercados que juzgan a la Argentina en base a las opiniones de los «gurúes» del mercado financiero» (Clarín, 06/11/2000). En este caso, podría sustituirse por en función de o a partir de, por ejemplo. La oración quedaría así: «Lamberto consideró equivocada la actitud de los mercados que juzgan a la Argentina a partir de las opiniones de los «gurúes» del mercado financiero». Como se puede ver, seguiría manteniendo el significado original. Acerca de en base a, el Diccionario panhispánico de dudas recoge lo siguiente:
Sí es censurable la locución de sentido equivalente en base a, en la que las preposiciones en y a no están justificadas […]. Podría tratarse de un calco del italiano in base a, única lengua de nuestro entorno en la que se documenta —desde finales del siglo xix— esta locución, ya que en inglés se dice on the basis of y en francés sur la base de.
¿Qué hacemos con la combinación y/o?
Como calco del inglés encontramos la fórmula y/o, equivalente a la inglesa and/or. Sin embargo, en su uso se desaconseja porque, en castellano, la conjunción o también expresa adición y alternativa —i. e., una cosa o la otra, o ambas—, como en la oración En la biblioteca puedes coger libros o películas. Ahora bien, en el Diccionario panhispánico de dudas queda recogido que, si bien se desaconseja, se puede utilizar «salvo que resulte imprescindible para evitar ambigüedades en contextos muy técnicos».
Detrás mío, delante tuya…
Por lo general, se considera incorrecto colocar un posesivo detrás de un adverbio, como en detrás mío, cerca nuestra o delante tuya. Lo preferible, según la NGLE, sería que la combinación fuera adverbio + [de + pronombre personal], como en detrás de mí, cerca de nosotros o delante de ti. Ahora bien, cabe decir que construcciones como alrededor tuyo o al lado suyo sí son correctas, pues los posesivos no acompañan a adverbios, sino a sustantivos. En la NGLE, además, se especifica que combinaciones como detrás mío o delante tuya son propias de la lengua coloquial y se perciben como no recomendables por los hablantes cultos de la lengua. Además, cabría distinguir entre diferentes opciones: la opción adverbio + posesivo tónico masculino —e. g., delante suyo— está más extendida que la opción adverbio + posesivo tónico femenino —como detrás tuya o delante mía, que goza de menor prestigio (El buen uso del español, 2013, p. 284).
Ahora bien, recomendaría leer el artículo «¿Por qué “detrás mío” sí es correcto?», de Juan Romeu para ver que, en efecto, hay razones suficientes para defender que un posesivo puede ir detrás de un adverbio.
¿Hacer agua o hacer aguas?
Es muy común leer, sobre todo en textos periodísticos, la expresión hacer aguas con el significado de ‘mostrar debilidad’. Valga un ejemplo: «Pero la línea defensiva del equipo de Rafael Benítez hizo aguas de forma escandalosa» (El Mundo, 05/10/1995). Sin embargo, esta expresión, como recoge el Diccionario panhispánico de dudas, significa ‘orinar’. La expresión correcta sería hacer agua, que sí tiene el significado que de ‘comenzar a fracasar’. Ahora bien, debido a su uso generalizado, ambas expresiones se pueden considerar como sinónimas —lo que no quita para conocer el significado original de ambas—.
Nunca digas «de este agua no beberé»
Y no lo digas porque no es correcto, no por otra cosa. El determinante demostrativo debe concordar en género y número con el sustantivo al que acompaña —no solemos decir *este casa o *estas coche—. En este caso, el sustantivo agua es femenino, a pesar de que obligadamente el artículo tenga que ser masculino; cuando el sustantivo empieza por /a/ tónica, el artículo toma la forma masculina el. Si bien hay que matizar que, en realidad, es una variante del artículo femenino ela, que perdía, ante vocal, la a final. Ahora bien, lo recomendable es esta agua, esta águila o esta aula, pues se trata de sustantivos femeninos. El uso del artículo masculino —como en el agua o el aula— ante estos sustantivos es una cuestión de fonética histórica del castellano.
Referencias bibliográficas:
Lázaro Carreter, F. (2003). El dardo en la palabra. Barcelona: Penguin Random House.
Real Academia Española (2005). Diccionario panhispánico de dudas. Madrid: Santillana.
Real Academia Española (2013). El buen uso del español. Madrid: Espasa.
Real Academia Española (2009). Nueva gramática de la lengua española. Madrid: Espasa.