La segunda sala de época romana, es la sala conocida como la “sala funeraria” se conoce de esta manera, porque las piezas que predominan son precisamente las estelas funerarias.
Las estelas funerarias
Las estelas eran utilizadas por los romanos de forma similar a como utilizamos hoy en día las lápidas. Se trataría de un trozo de piedra colocado encima de la tierra donde se entierra a un muerto, y en el que se inscriben distintos datos que nos ayuden a recordar al difunto con el paso del tiempo. Por ejemplo, el nombre, la edad o alguna fecha importante como la de nacimiento o fallecimiento. Los romanos también solían colocar la edad a la cual fallecía la persona.
En cuanto a los estilos, las estelas romanas eran de un gran tamaño, especialmente si las seguimos comparando con las lápidas que utilizamos en la actualidad. También era frecuente que decoraran sus estelas con motivos florales, frutales, lunares, animales e incluso con elementos relativos a la profesión o tareas que solía realizar el difunto. Todo esto lo hacían también porque eran elementos que les recordaba a la vida después de la muerte.
Finalmente, uno de los elementos más importantes de las estelas son las inscripciones. Hay que tomar en cuenta que en todo lo relativo a la historia del arte y a la arqueología, las inscripciones son de las detalles más valiosos que se pueden encontrar en una pieza. La razón de esto, es que las inscripciones son lo que nos indican con mayor certeza o exactitud qué es la pieza que tenemos entre manos antes de ponernos a hacer suposiciones o hipótesis por más educadas que estas sean. Sin embargo, también es cierto que a veces debido al estado de conservación en el que se encuentre una pieza, no es tan sencillo descifrar lo que una inscripción lee. Sin embargo, en los casos en los que sí se logra leer, se encuentra pequeñas joyas como es el caso de la Estela de Lerga
Sobre la estela de Lerga
La estela de Lerga obtiene su nombre del sitio en el que fue encontrada. Estaba ubicada en la ermita de Santa Bárbara, en el municipio navarro de Lerga.
A la hora de explicar la pieza, se podría dividir en tres niveles. En el nivel superior, se puede observar la figura de un caballo. Como la estela está ligeramente dañada, la cabeza del caballo no se distingue, pero el resto del cuerpo sí. Lo interesante del caballo es como sobre su lomo, en la forma de un bulto, se puede concluir que hay un jinete. Se cree que este primer nivel a lo que estaría haciendo referencia es a la profesión del difunto, ya que se trataría de un militar a caballo.
En el segundo nivel, la imagen que aparece es la de dos figuras de personas dentro de un espacio soportado por dos columnas. Las personas sostienen cada una con una mano un objeto en conjunto. Se cree que las dos personas serían o bien dos sacerdotes o bien dos militares compañeros de batalla del difunto, y el objeto que llevan en el medio estaría haciendo alusión a una especie de urna en la que depositarían las cenizas del difunto.
Finalmente, tenemos las inscripciones. La estela de Lerga cuenta con dos bloques de inscripciones de acuerdo con A. Marcos:
um . me. sa . Har(i) fi(lius, lia)
nar . hun . ge . si . a . bi
sun . Hari filio
ann . XXV .T.P.S.S.
Lo que estas inscripciones nos indican, es que la estela la mandó a hacer un padre para su hijo difunto, que murió con tan solo 25 años y que la estela fue pagada en su totalidad con el dinero del padre.
Valía de la pieza
Con esta información simplemente, podría parecernos una inscripción como cualquier otra sin ningún otro dato que la haga especial más allá de la época de la cual es. Sin embargo, el valor de esta estela recae precisamente en las inscripciones, concretamente en los nombres que menciona. Estos nombres fonéticamente no nos recuerdan al latín, si no que nos recuerdan a una especia de euskera arcaico. Los investigadores consideran que se trata de una especia de celta (indoeuropeo) o vascuence.
La importancia o relevancia de que las inscripciones tengan fragmentos en esta lengua de acuerdo con A.Marcos es que:
“Todo ello nos indica una cierta continuidad regional en plena época romana del estado lingüístico anterior a la romanización de esta zona navarra ocupada por los vascones de las fuentes clásicas, por lo menos en lo que a onomástica personal se refiere. La fórmula indudablemente romana de la inscripción funeraria, y la presencia de otras inscripciones y restos roma- nos en la misma región próxima a Lerga, por una parte, y la continuidad señalada de antropónimos prelatinos por otra, quizás sean un indicio positivo de la existencia de hablantes bilingües en esa zona navarra en plena época romana.”
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Fuentes
A. Marcos, Una nueva estela funeraria hispanorromana procedente de Lerga (Navarra), 1960. Recuperada de Una nueva estela funeraria hispanorromana procedente de …unirioja.eshttps://dialnet.unirioja.es › descarga › articulo