En esta época de fiestas navideñas no paramos de escuchar —y de usar— palabras que no utilizamos el resto del año, a menos que cantemos villancicos o comamos polvorones en el mes de julio. Por ello, a lo largo de estas líneas vamos a explorar el origen de aquellas palabras y expresiones tan propias y particulares del período de la Navidad.
Partimos de que la Navidad es el período en que se celebra el nacimiento de Jesucristo. Y así lo reflejan las lenguas romances, puesto que todas tienen su origen en el verbo latino nascor, del que deriva el verbo castellano nacer y sus derivados. En castellano, la palabra navidad procede del sustantivo latino nativitas, que significa ‘nacimiento’. El término navidad, por tanto, procede de un acortamiento de nativitas. Según Joan Corominas en su Breve Diccionario de la Lengua Castellana, en torno al año 1200 en castellano se usó el término navidad, un paso previo a la forma actual.
Con la misma raíz tenemos palabras como nativo ‘perteneciente o relativo al país o lugar natal’ o nato ‘que tiene predisposición connatural para algo’. Precisamente en el término connatural, formado a partir de la raíz natural, también encontramos lazos de parentesco con el verbo latino nascor. Cuando decimos que algo es natural, estamos haciendo referencia a que es propio de la naturaleza; ahora bien, el adjetivo natural procede del latín naturalis, que deriva de natus ‘nacido’ —de aquí provienen voces como nato, innato o nonato—, participio de perfecto del verbo nascor. Por tanto, como puede verse, las palabras Navidad y naturaleza tienen algo (o bastante) en común si atendemos a su etimología.
La navidad en otras lenguas romances
En otras lenguas como el francés, el italiano, el catalán o el portugués también encontramos la misma relación entre el verbo latino nascor y las correspondientes voces con que se alude a la Navidad. En italiano tenemos la voz Natale, que procede del adjetivo natalis, formado también a partir del participio natus. Del mismo modo ocurre en portugués (natal) y en catalán (nadal), pues comparten el mismo origen. Cabe apuntar, no obstante, que en castellano también se puede decir nadal o natal para hacer referencia al día de Navidad, aunque ambos términos están en desuso. En francés, aunque la voz noël refleje una evolución particularmente distinta al resto de lenguas romances, también procede del latín natalis, que en francés antiguo dio lugar primeramente al término nael y posteriormente a noël.
Hay que recordar, además, que en el Diccionario de la lengua española también esta incluida la voz christmas, pero no como sinónimo de navidad —sentido que sí tiene en su lengua—, sino como acortamiento de la expresión christmas (card), esto es, con el significado de ‘tarjeta de navidad’. Por ejemplo: El christmas de la alcaldesa de Córdoba: prohibido decir «Navidad». (ABC, 20/12/2018).
Los villancicos y el aguinaldo
Hoy en día, los villancicos son aquellas canciones populares, por lo general de temática religiosa, que se cantan en Navidad. El Diccionario de la lengua española lo emparenta con la voz villano, que a su vez procede de villa. Y, claro, esto poco nos dice acerca del origen de villancico. Si recurrimos al diccionario de Corominas, veremos que la explicación es la siguiente: durante el siglo XVII, el villancico aludía al labriego o al campesino; sin embargo, con el tiempo se abrevió la expresión copla de villancico —esto es, las canciones que cantaban quienes trabajaban el campo— a villancico, hasta pasar a hacer referencia únicamente a la canción, y no al trabajador.
Entre esos villancicos se encuentra el aguinaldo, una canción que los más jóvenes van cantando puerta por puerta para recibir alguna propina o regalo. La palabra aguinaldo alude tanto al regalo que se da el día de Navidad o Reyes, como al villancico que se canta para recibirlo. Según Joan Corominas, el origen del término está en la voz aguinando —según el Diccionario de la lengua española sería aguilando—, que procedería de la frase latina hoc in anno ‘en este año’, «que se empleaba como refrán de las canciones populares del Año Nuevo» (1987, p. 33).
Los dulces sobre la mesa
En estos días tampoco nos falta el turrón, cuyo origen —el de la palabra— parece estar en el catalán torró y en terró, cuya palabra también ha dado origen a la voz terrón. Como puede verse, tanto en turrón como en terrón existe la idea de aspecto conglomerado.
Tan típico como el turrón es el mazapán, cuyo origen, más allá de estar en Toledo —de donde se dice que procede el mejor mazapán—, parece estar en el latín marzapanus; en italiano, por ejemplo, se dice marzapane y en catalán, massapà. Aunque su origen es incierto, sí que se puede advertir el influjo de las palabras masa y pan, como bien refleja el término catalán. En el Diccionario de la lengua española entroncan dicha palabra con la voz griega παξαμάδιον (paxamádion), que significa ‘bizcocho’. De esta palabra también parece derivar el término mazamorra ‘comida semejante a las gachas’ o ‘bizcocho estropeado, o fragmentos o restos que quedan de él’.
Por último, no nos podemos olvidar del cotillón, ese baile o fiesta que se celebra en fin de año. El cotillón, de origen francés, era en su origen un baile en sociedad en el que se llevaba un tipo de vestimenta (cotte en francés, de donde deriva cotillón, significa ‘vestido’) a modo de falda, que en castellano también denominamos enagua. Con el tiempo, el término cotillón ha terminado haciendo referencia al baile o fiesta de Fin de Año. También el cotillón hace referencia a los adornos y utensilios de disfraz que se regalan en dichas fiestas.
Sean cuales sean los orígenes de estas palabras, lo reseñable de ellas es que nos permiten conocer un poco mejor nuestra cultura y nuestras tradiciones.
Referencias bibliográficas:
Corominas, J. y Pascual, J.A. (1984). Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico. Madrid: Gredos.
Corominas, J. (1987).Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Madrid: Gredos.
Real Academia Española (2014). Diccionario de la lengua española. Madrid: Espasa.