Leon Hunter

Las «fake news» de la lengua española

Las fake news de la lengua española

Las fake news de la lengua española

La proliferación de las llamadas fake news también ha afectado, directa e indirectamente, a la lengua española. Cada cierto tiempo es frecuente ver cómo se extienden bulos en las redes sociales acerca de la incorporación de determinadas palabras en el diccionario académico o la prohibición de ciertos usos lingüísticos. En estas líneas vamos a hablar de las fake news, bulos o paparruchas que han surgido últimamente en torno al español.

¿Qué son las fake news?

En primer lugar, es preciso definir a qué nos referimos cuando hablamos de fake news. Según el Cambridge Dictionary, las fake news son «false stories that appear to be news, spread on the internet or using other media, usually created to influence political views or as a joke».

Este mismo concepto puede traducirse en castellano como bulos ‘noticia falsa propagada con algún fin’ o paparruchas ‘noticia falsa y desatinada de un suceso, esparcida entre el vulgo’. Dicho esto, podemos mencionar algunos casos en los que se han generado fake news o bulos sobre la lengua española:

1.La RAE incluye cocreta, almóndiga y murciégalo en el Diccionario

Cada cierto tiempo se difunde la idea de que la RAE acepta vulgarismos como cocreta, almóndiga o murciégalo y no otras de uso más común en nuestros tiempos. Pero lo cierto es que cada caso es diferente:

  • La palabra cocreta nunca ha estado recogida en ningún diccionario académico. 
  • La voz almóndiga aparece en el diccionario académico desde el año 1726. En la última edición aparece con las marcas de vulgar y en desuso.
  • El término murciégalo, al igual que ocurre con almóndiga, aparece con las marcas de usado como vulgar y en desuso. No obstante, murciégalo es la forma etimológica de murciélago, pues procede del latín mus caeculus ‘ratón ciego’. El término murciélago, más usado hoy en día, es un ejemplo de metátesis, es decir, de cambio de sonidos en el interior de una palabra, como ocurre con crocodilo y cocodrilo, ambas presentes en el DLE. 

 

2. El Gremio de Panaderos pide a la RAE que elimine el refrán Pan con pan, comida de tontos del Diccionario. 

Hace unos meses se publicó que el Gremio de Panaderos había lanzado una campaña contra la RAE para que eliminara el refrán pan con pan, comida de tontos alegando que tal paremia es denigrante para la profesión de panadero y que, por ello, tanto la RAE como el Instituto Cervantes debían eliminar ese refrán de la lengua española. De hecho, hay una web en la que se presenta dicha campaña: www.elpannoescomidadetontos.com

Sea como fuere, ni la RAE ni el Instituto Cervantes tienen la potestad para decidir si una palabra, expresión o refrán se elimina de la lengua española. Más aún, la petición —o campaña publicitaria— no tenía sentido alguno, pues la RAE ni incluye refranes en sus obras ni tiene ninguna destinada a la paremiología.

3. La RAE prohíbe el uso del todos y todas 

Otro bulo relacionado con la Academia es el de la prohibición de usar el desdoblamiento de género. La RAE no ha prohibido su uso, como tampoco ha censurado el uso de la arroba u otras alternativas para evitar el denominado sexismo lingüístico.

La Academia aconseja y recomienda el uso del masculino genérico como término no marcado en la oposición masculino/femenino, pero no lo prescribe, de modo que no se puede decir que la RAE prohíbe o censura el uso del desdoblamiento (aunque quede mejor en el titular).

4. La lengua española será considerada lengua extranjera en el País Vasco

Desde varios medios de comunicación, conocidos especialmente por la falta de calidad de sus contenidos, se difundió la noticia de que el español pasaría a ser una lengua extranjera en el País Vasco, pues el BOE había publicado una resolución en la que se especificaba lo siguiente:

Resolución de 17 de diciembre de 2018, del Instituto Cervantes, por la que se publica el Convenio con la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibersitatea, para la formación de profesorado en el ámbito de la enseñanza del español como lengua extranjera. 

El sintagma español como lengua extranjera es el que hizo saltar las alarmas. Quienes lo interpretaron como ejemplo de una situación anticonstitucional —concretamente, contra el artículo 3, en el que se especifica que el castellano es la lengua oficial del Estado— seguramente no sepan que el español como lengua extranjera, también conocido como ELE, se centra en el aprendizaje de la lengua española como segunda lengua o lengua extranjera. De hecho, hay numerosos másteres en  ELE en universidades españolas para formar a profesores que enseñen el español a estudiantes cuya lengua materna no es la española. 

5. Esta palabra no está en el diccionario, luego no es correcta

Este es, sin duda, uno de los bulos más extendidos en las redes sociales. Cada cierto tiempo, cuando aparece en escena una palabra nueva, se tacha de incorrecta por no estar incluida en el diccionario. Lo primero que hay que tener en cuenta es que los diccionarios no incluyen todas las palabras que se usan en una lengua, ni todas las formas que pueden derivar de una palabra.

Por ejemplo, no están incluidas las formas verbales —solo la forma de infinitivo—, pero ello no implica que sea incorrecto decir saltaba, correría o hubiera. Tampoco los diccionarios incluyen los nombres propios de persona o de lugar, sin que por ello sea incorrecto llamar a alguien por su nombre o aludir al nombre de una ciudad, de un río o de un país. 

Algunas fake news han apuntado que el término usabilidad es incorrecto por no estar en el diccionario. De nuevo, el hecho de que no esté en el diccionario académico no quiere decir que su uso no sea correcto, pues se trata de un palabra adaptada del inglés usability cuyo significado puede ser «cualidad de usable», como señala la Fundéu.  

De los ejemplos mencionados se puede extraer una conclusión general: en una época como la actual en la que predomina la posverdad —esto es, la indiferencia por los hechos—, debemos tener especial cuidado con las noticias que nos llegan; por ello, es preciso conocer de dónde procede la información y, a ser posible, si puede ser contrastada. Cuando falta la ética periodística, como es el caso de estas fake news aquí tratadas, lo que se debe demostrar es capacidad de juicio crítico.