La lectura y su evolución
La lectura ha sido una actividad que ha ido evolucionando históricamente. Empezando por el hecho de que antiguamente, eran una minoría los que sabían hacerlo. Actualmente, a pesar de que la mayoría de la población puede leer, sigue existiendo un importante porcentaje de analfabetismo en el mundo. De acuerdo con M. Hernández, el 16% de la población global es analfabeta, y de ese porcentaje, el 64% son mujeres.
Otro gran cambio que se ha experimentado con la lectura, es el de la digitalización de los textos. Hace unas cuantas décadas, la única opción para leer era adquirir el texto en físico. Ya fuera una novela, un periódico o los resultados de una investigación. Sin embargo, actualmente se puede conseguir de modo digital prácticamente cualquier texto. Incluso, hay infinidad de escritos que se producen directamente en un medio digital. Por ejemplo, los blogs, los libros en páginas como “Wattpad”, los noticieros digitales, etc.
Aunque la tecnología avanza con el propósito de ayudar al humano, en ocasiones, hay quienes prefieren seguir con las prácticas anteriores. De allí, nace el debate entre leer en papel y leer en digital.
Lectura en digital
Una de las principales ventajas que tiene leer en digital es el tema del espacio y el peso. En mi caso, por ejemplo, soy el tipo de persona que no es capaz de salir de casa sin un libro. Cuando se trata de un libro pequeño, corto o incluso de bolsillo, no tengo mayor problema. Sin embargo, si la lectura que estoy haciendo en el momento es una novela de 800 páginas, junto con la lectura viene incluida la incomodidad. Es pesado, quita espacio en el bolso para otras cosas -quizá más urgentes- y en general es incómodo.
Es posible ahorrarse todo este jaleo con un dispositivo de lectura en digital. Debido a que este tipo de productos, como el Kindle, nacen con el propósito de hacer lectura un hábito más cómodo, suele tratarse de dispositivos ligeros. Por ende, sin importan cuan pesado o incómodo sea el libro en sí, podrás llevarlo contigo a lo largo del día sin dificultad alguna.
Además, en estos dispositivos puedes llevar muchos libros a la vez, por lo que más que un libro portátil, se convierte en una biblioteca portátil.
Otro punto a favor de la lectura en digital es su precio. A continuación, una comparativa de los precios de un mismo libro en Amazon (I Know Why The Caged Bird Sings, de Maya Angelou), en el cual lo único que varía es su presentación.
Como se puede apreciar, entre la versión más económica de libro físico (el de bolsillo) y la versión para Kindle, hay una diferencia de casi el doble de precio. Y ni qué decir con respecto a la comparación entre la versión para Kindle y la versión de tapa dura. Si bien es cierto que la inversión principal de comprar uno de estos dispositivos es mucho mayor que cualquier libro popular, hay que tomar en cuenta que es eso precisamente, una inversión. Es el equivalente a la compra de unos 15 o 20 libros físicos (los dispositivos más económicos).
Ahora, no todo es perfecto. Al ser un dispositivo digital, existe un principal inconveniente: la batería. Con el libro en físico, se tiene la seguridad de que uno puede leer hasta que no quiera hacerlo más. Con un libro en digital hay una cantidad de horas máximas con las que se puede leer sin que este se apague imposibilitando así la lectura.
Además, uno de los comentarios que más se suelen escuchar en el debate es que para los lectores más afanados, la experiencia de tener un libro físico en las manos, no se compara con la de leer en un dispositivo. Sin embargo, también hay personas con una gran pasión por la lectura que disfrutan inmensamente de la lectura en digital.
Lectura en físico
La forma clásica de leer. Hay algo especial en poseer físicamente un libro determinado; cuidar su lomo, cuidar las esquinas, pasar la página con cuidado, etc.
Para quienes anotan o subrayan sus libros, si bien puede hacerse también en digital, es mucho más cómodo hacerlo en papel.
Otra ventaja de la lectura en físico, es el traspaso. Los dispositivos de lectura electrónica en su gran mayoría cuentan también con la opción de enviar compartir los libros. El problema es que para que esto sea posible, ambas partes deben contar con el dispositivo. Por ejemplo, si yo compré un libro digital y se lo quiero enviar a mi abuelo, pero él no cuenta con este dispositivo, no podrá leerlo.
Del mismo modo que la materialidad puede ser una ventaja, puede ser una desventaja. Para las personas con discapacidad visual, existe una dificultad o imposibilidad de lectura. Gracias a los libros digitales, y dependiendo de la versión o dispositivo que utilicen, pueden “reproducirlo”. Es decir, una voz programada lo va leyendo por ellos. Esto acerca la lectura a un sector de la población que normalmente no podría, y lo mejor de todo es que lo hace de un modo en el que se le permite tener la mayor autonomía posible, pues no necesitan a alguien al lado que les lea el libro.
Para gustos, colores
Queda claro que no existe una versión mejor que otra, simplemente una versión más ajustada al gusto de cada quien. ¿Qué prefieres tú?
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