Leon Hunter

Los 10 nuevos perfiles de freelance ;)

freelance de todos los tipos y colores

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Recientemente vi una charla que trataba de nuevos perfiles de freelance y me pareció una idea genial… Lo cierto, es que en los últimos tiempos han surgido una nueva fauna de lo más variopinta

1.- El freelance «instagurú del emprendimiento»

El freelance instagurú del emprendimiento hace cursos, webcasts, podcasts y casi cualquier tipo de cast con tal de llamar la atención. Por la noche, cuando llega de sus 12 horas de trabajo en el Starbucks de Bognor Regis (o de cualquier otro sitio cutre por el estilo) hace un vídeo por YouTube desde su escuálida habitación alquilada.

Poco le importa que parezca inverosímil la ambientación del webcast para una estrella de las redes sociales y «emprendedor de éxito».

Suelen tener mucha labia y, al principio, ni te fijas en los detalles, enganchado como estás a la lección de trucos imprescindibles de branding para cautivar a los clientes

Os he de confesar una cosa y aunque en el blog no me gusta hablar de casos reales, recientemente estaba viendo una de estas charlas de emprendimiento. La verdad es que empezaba tarde (y llevaba un duro día de trabajo). Entre tanta palabrería en inglés sobre «branding«, «engagement«, «wearables«… Ya me estaba perdiendo… Me empecé a fijar en los detalles de la habitación (y, la verdad, es que no la tenía muy limpia). Como soy un poco maniático del orden, no pude dejar de fijarme… Bolsas debajo de la cama, post-its tirados, la papelera llena a rebosar… De repente me fijé en un objeto blanco en el suelo, cerca de la cama.

Me acerqué más a la pantalla porque no daba crédito… ¡Madre mía! ¡Si es un rollo de papel higiénico!

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2.- El freelance «fashion victim de Instagram»

El freelance fashion victim de Instagram sube actualizaciones casi diarias de su estilosa vida. Su rutina del gimnasio, la piscina, la peluquería, los últimos modelitos… Todo en su vida es moda y glamur.

Los compañeros – envidiosos y malpensados – se preguntan de dónde sacan el tiempo para tanto cuidado al cuerpo y si estarán trabajando como los demás… ¿Freelance va a ser? ¡Anda, ya! ¡Si esta mariposita no toca un teclado para no estropearse la manicura!

Sin embargo, envidiosos o no, siguen cada movimiento y cada update de todos sus canales. Y sus seguidores – fervientes pulsadores del botón de «me gusta» – se cuentan a pares y a mares.

3.- El freelance «falso sindicalista»

Están todo el día para arriba y para abajo en listas, foros y redes sociales quejándose de las malas condiciones laborales, las tarifas, el maltrato de la sociedad y de la administración… Sin embargo, por debajo de esa cuidada imagen se mueven intereses de lo más oscuro. En la intimidad y alejados los focos pagan las peores tarifas y cobran a precios de dumping. O hacen lobbismo a favor de alguna malvada multinacional.

4.- El freelance «pode-hipócrita»

En Twitter sus perfiles son todo RTs de Errejón, Iglesias y Monedero. Sus páginas de Facebook las saturan de proclamas, consignas y protestas. Y su Instagram es puro marxismo de sofá y revolucionarismo del Ikea. Sin embargo, al visitar su página o revisar su currículo descubres que en su lista de clientes está lo peorcito de lo peor del capitalismo más ruin y salvaje… Las empresas que matan delfines en el pacífico, las que dejan a las viejecitas sin calefacción en invierno, las que pagan cincuenta céntimos al día a niños explotados en Nepal y las que contaminan los parques naturales con asbestos. Todas esas y más están en la lista de clientes del pode-hipócrita.

5.- El freelance «multinivel en la sombra»

Han perdido ya la ilusión por la profesión de que se trate pero asisten a todos los saraos igualmente. Les mueve el deseo de colocar sus catálogos y productos a algún incauto… Te van «trabajando» poco a poco y cuando menos te lo esperas te tienen arrinconado con el catálogo.

– «Son productos todos naturales 100%…» – te dicen y añaden el ya clásico: «No son ventas…«.

Entonces te suena una notificación de un grupo de Wassap (bienaventurados sean) y te inventas cualquier cosa para escabullirte…

– «¡Uy! ¡Pues era mi sobrina que están en el hospital! Me voy corriendo, hija, que parece grave… Muak, muak…«

Y sales corriendo como alma que lleva el diablo…

6.- El freelance «paz y amor»

El freelance paz y amor solo comparte corazoncitos y lindos gatitos. A veces también distribuye frases de motivación (que frecuentemente tienen lacitos, corazoncitos y lindos gatitos por los bordes). En sus interacciones no quiere hablar de nada negativo y rezuma pura positividad, incluso en el peor de los escenarios. Rodeado de puros troles y de revolucionarios (falsos o auténticos) se siente auténticamente frustrado en muchas redes sociales.

7.- El freelance que abandona

El freelance que abandona emplea cualquier oportunidad para soltar aquello de «¡¡ya os lo dije!!» y «¡¡no digáis que no os avisé!!«. Y restregarte que ya se ha ido de la profesión. Frecuentemente tienen razón, pero tanto recochineo enerva a cualquiera…

8.- El freelance opositor

Es una sub-especie del anterior. El freelance opositor aprovecha cualquier momento para sacar los libros y empollar… Su ilusión es dejar de ser autónomo y engrosar las filas de asalariados del Estado. Poco le importan los avisos de que está optando a sub-auxiliar subalterno de escala 5 B inferior y que pagan un sueldo de supervivencia. Se entretiene navegando por los foros de opositores, viendo listas de interinos y haciendo acopio de apuntes de examen… Y cuando salen las plazas no está disponible para aceptar ningún encargo y deriva los trabajos a compañeros.

9.- El freelance «en negro»

El freelance en negro se mueve por PayPon, Moneygrau, InstantPelas y todas las plataformas de pago como pez en el agua. Acepta todo tipo de pagos siempre que sea en B. Cuando le pides una factura, igual hasta te la envía, pero casi nunca cuadra la información… Al señalarle que tenía que poner IRPF dice: ¡Uy, perdona! ¡Vaya despiste! ¡Luego te la mando!…

Tras unos días y viendo que no te llega la factura, le vuelves a presionar. Entonces te manda una factura falsa con el tipo al 29%…

Urrmm… Perdona, pero ese tipo de IRPF no es el correcto para autónomos…

-¡Uy! ¡Perdona! ¡Vaya despiste! ¡Luego te la mando!

Y vuelta a empezar…

10.- El freelance «hipotético»

El freelance hipotético (también llamado futurible) se mueve en todos los círculos profesionales. Grupos de Facebook, foros, LinkedIn… Hasta tienen blogs y páginas web de nivel profesional que dan muy bien el pego. Difunden información a raudales y asisten a todos los eventos profesionales. Al ver sus perfiles tan impresionantes, algunos pican y les piden las tarifas…

¿Cómooo? ¿Tarifas yooo?

El freelance hipotético suele responder que está estudiando algún máster y no está dado de alta ni hace trabajos profesionales… El escaparate solo ellos sabrán para lo que es. Seguramente, para ir «cogiendo sitio» por si en algún momento futuro se deciden a trabajar…