Paradójicamente (o no tanto) no entro en cuestiones de diseño para nada.
UNO. El contenido es lo importante…
«Content is King«. Ha sido muy opinión desde siempre. Por muchas cosas que se añadan, lo que vende es el «copy» o el texto. Por tanto, pienso que un traductor o una persona que sepa redactar, lo que tiene que hacer es eso: redactar un texto contando qué hace, cómo lo hace, qué le diferencia de los demás… Y estructurarlo correctamente. El diseño vendrá luego.
DOS. Valores.
Una cosa que fue muy importante en mi web fue el apartado de los valores. Por supuesto que fue hace unos años cuando se redactaron y ahora es posible que se tengan que actualizar. Por ejemplo, un valor importante para mí (que había pasado por una situación de casi quiebra y de muy mala situación personal) era no hacer a los demás lo que me habían hecho a mí. Por tanto, el trato a los proveedores es un valor (pagar en plazo sobre todo). Mucha gente no lo considerará algo de importancia, pero para mí es algo importantísimo. Yo valoro mucho que me paguen en 60 días como máximo porque está en la Ley y las leyes son para cumplirlas (todo el mundo).
Sin duda es especialmente preocupante y vergonzoso que muchas empresas estén continuamente asediando a los traductores pero que, al parecer, no encuentran ninguno o los que encuentran no son de suficiente calidad (siendo solo estudiantes o aficionados). El motivo es que la empresa ha montado toda una estrategia de comercialización de puertas para afuera pero de puertas para adentro, no cumplen ni siquiera con lo mínimo. No pagan las facturas por desorganización o por desinterés o, incluso, en manifiesto desprecio de la ley redactan contratos nulos con cláusulas abusivas de pago (por encima de lo permitido).
En este sentido, el gobierno ha anunciado medidas como el SII (Sistema de Información Inmediata) que permitirá conocer con mayor exactitud los plazos en los que pagan las empresas (aunque, de momento, solo afecta a las grandes). Y, por otra parte, Ciudadanos ha presentado propuestas para multar a empresas que no paguen en plazo…
Razones de mercado
Ante todo, pienso que es un problema de mercado (si sube la demanda, habrá menos gente dispuesta a trabajar gratis). Y, por otra parte, los traductores profesionales estamos absolutamente ahogados de impuestos y gastos y no nos lo podemos permitir (ni aunque quisiéramos hacerlo). En parte, este es el motivo por el que ha habido un «breakaway» de una parte de traductores que ya no trabajan para agencias o trabajan menos. Y otros han adoptado por una estrategia de tener un trabajo fijo (lo que les garantiza los ingresos para pagar las cuotas, impuestos y gastos de la actividad) para – a través de esta actividad doble – FINANCIAR su actividad de autónomo.
Parte del auge de la traducción audiovisual puede ser también por este problema. Que estas empresas de traducción no pagan y el 90 % de los autónomos no se puede permitir la financiación de sus clientes a 90 días o a más. Por ello, mucha gente ha tenido o bien que dejar de trabajar y pasarse a otro campo, o bien traducir solo de forma complementaria (con otro trabajo que le ofrezca una remuneración fija) o bien cambiar de campo de especialidad y pasarse a la TAV.
Valores que hay que destacar – un ejemplo
Por mi parte, he hecho un gran esfuerzo este año por pagar todas las facturas en plazo e incluso muy por debajo del plazo máximo de pago a proveedores. Tengo las facturas encima de la mesa como algo prioritario y las abono en la semana por lo general. Y tengo que decir que la gente ha respondido muy bien, en general, y que han estado disponibles, que han entregado todo en plazo (e incluso antes del plazo en muchos casos) y que la calidad era muy buena y que he tenido que echar pocas broncas. Porque la mayoría de la gente – salvo contadas excepciones o alguna dificultad extraordinaria que puedan tener – responde muy bien cuando se les trata bien.
Estos valores los resumí como «ética» e «integridad» pero igual es importante también concretar en qué consiste esa ética. Un valor a destacar sería que, por ejemplo, no estoy pidiendo a los proveedores que sean un banco y me financien mi actividad.
TRES. MOSTRAR lo que hace un profesional (y DEMOSTRAR concretamente lo que haces tú como profesional).
Precisamente, en una discusión reciente en Twitter, un traductor señalaba que le «daba pereza» hacerse una web profesional y otra decía que también, que «todas esas obviedades de precisión y demás me la pelan«… Estoy bastante en desacuerdo. Primero porque hay que ser profesional y también parecerlo y si no puedes concretar en qué consiste «ser profesional» o dar algún ejemplo, pues seguramente no lo tengas muy claro ni tú mismo. En un ejemplo que recuerdo, hice una serie de artículos sobre QAs (ya que me habían tocado la moral bastante una serie de agencias pasando verificaciones de programas informáticos y alegando que había errores). Por ello, escribí un artículo y señalé concretamente los pasos, actividades, comprobaciones, etc. que yo doy en una traducción y que no los hace ni los puede hacer «un robot». Esto se detalló, ya que tras reflexionar sobre el proceso, saqué algunos ejemplos concretos. Y me sirve porque la próxima vez que ataquen diciendo que un robot es mejor que yo, pues tengo muchos datos de cosas que no hace un robot y que yo sí hago. Por supuesto que la verificación de un programa puede ser de ayuda, pero de ahí a que sea lo único posible y que todo lo que diga el robot vaya a misa, hay (todavía) un paso…
En cuanto a los EJEMPLOS CONCRETOS, a mí me parece muy útil. Cada vez que he escrito algún artículo sobre un tema en concreto he tenido que tomarme un tiempo para estudiar los documentos de origen y destino, la legislación o documentación sobre el tema, etc.
Me ayuda también a delimitar – de cara a los clientes – qué tipo de traducciones hago y cuáles no. Frecuentemente, ha sido un problema que ofrezcan traducciones que no haces con soltura o que te encasillen en perfiles que no te corresponden. Así, he hecho artículos sobre traducciones para visados, traducción de políticas de cookies y protección de datos, etc. Y esto me ha servido (y me sirve sirviendo para consultar los términos o las conclusiones que escribí en su momento y, a la vez, para conseguir clientes que quieran traducir ese tipo de documentos.
CUATRO. Imagen de empresa o imagen de autónomo.
En un cuadro que «ruló» recientemente por LinkedIn, que yo también compartí y que era un contenido creado por Scheherezade Suriá, se daban muchos ejemplos de argumentos cutres de clientes. Es triste, pero hoy por hoy, estos argumentos siempre se van a dirigir a una persona física o a una empresa que se perciba como principalmente de una persona física (aunque haya más trabajadores). Pocas veces van a escribir a lo que perciban como una gran multinacional a regatearles los precios. Por eso (opino) muchas empresas de traducción optan por presentar una imagen de empresa y no de persona física. Cada forma o método de presentación tiene ventajas y desventajas y sopesaría todo antes de presentarme como empresa (con un nombre pomposo como «global», «solutions», «internacional»…) o como persona con nombre y apellido: Pepito Pérez, Scheherezade Surià o Leon Hunter.
CINCO. Tener y mantener el dominio.
Recientemente también supimos por Facebook de un traductor (no vamos a nombrar) que tuvo una página famosa en su momento y ahora tenía la página hackeada y con enlaces muy dudosos de «maduras» no sé qué y «gratis» no sé cuántos. Concretamente, la estrategia parece ser de crear una serie de artículos que aparentan ser sobre traducción y luego meter enlaces de «guarrerías» por medio. Por eso, siempre les he insistido a la gente del hosting que mantengan una serie de dominios, incluso aunque ya no los use. De hecho, es probable que los tenga que mantener durante un tiempo largo para que no ocurra algo parecido, o prevenirlo lo más posible… Pues aunque dejaras la traducción freelance un tiempo, si sigues trabajando en traducción en una empresa, mantén los dominios unos años por lo menos… No vaya a ser que los compren para llenarlos de cualquier cosa. Obviamente, la maldad humana no tiene límites y sorprende. O no sorprende porque estamos tan aburridos ya de ver cosas así que ni nos llama la atención.
SEIS. Artículos de valor.
Es destacable también una tendencia reciente a la publicación de «artículos para SEO» (en blogs) o bien «notas de prensa para SEO». Muchas veces encontramos estos artículos y no los compartimos. Simplemente porque no aportan nada y, frecuentemente, no tienen ni siquiera sentido. El único objetivo del artículo es repetir machaconamente una palabra, por ejemplo: «Agencias de traducción en León» y enlazarla a la agencia que paga el artículo… La tendencia que tengo – cada vez más – es a huir de este tipo de cosas. Hay agencias de noticias que se dedican a publicar estos artículos y mucha gente los está compartiendo, pero el que lea el artículo finalmente concluirá que es «solo para publicidad» y dice poco o nada de valor.
SIETE. Plantillas gratis.
Pienso que, en todo caso, aunque no tengas dinero para montar una web profesional en toda regla, sí que se puede montar una con una plantilla gratis, como las de Wix u otras parecidas. WordPress también dispone de una amplia gama de plantillas (algunas gratis y otras por poco dinero) y valen perfectamente para hacer webs sencillas.
OCHO. Otras posibilidades en Internet.
Hay otras cosas como About.me o LinkedIn que no son «páginas web» en toda regla pero que sí son una página con un enlace. También podría plantearse aquí el debate sobre lo que es y lo que no es una «página web» y si las páginas al uso no se han quedado desfasadas en esta época.
Pienso que puede ser igual de válido tener un About.me completo o rellenar y cuidar un poco más el perfil en LinkedIn. Son formas de tener un CV online y hay muchísimas páginas… Como cada día salen muchas nuevas no podemos recomendar todas las que hay pero si conoces alguna puedes indicarlo en comentarios 🙂
NUEVE. Es imprescindible que valga para móvil.
No vamos a dar una clase de bonitos anglicismos de «AMP» y «responsive» y no sé qué… Pero el resumen es que valga la página para verla en móvil porque es importantísimo. Sobre todo para la comercialización en España. La página tiene que verse en móvil. Por supuesto, si puede verse fenomenalmente tanto para PC como para móvil, pues mucho mejor… Pero lo mínimo es que al menos se vea… En este sentido muchas páginas tanto de traductores como de empresas han quedado totalmente desfasadas, saltan avisos de Flash o no se puede ver en móvil porque la letra es pequeña, etc. etc.
Por supuesto que no es algo que se pueda ignorar.