Leon Hunter

¿Quién fue Eugenio Coseriu?

¿Quién fue Eugenio Coseriu?

¿Quién fue Eugenio Coseriu?

En este artículo aprenderemos sobre la vida de Eugenio Coseriu y explicaremos la relevancia de sus aportes a la lingüística.

Eugenio Coseriu fue uno de los lingüistas más importantes del siglo XX. Uno de sus grandes aportes fue criticar y expandir los conceptos de habla y lengua iniciados por Ferdinand de Saussure, el padre de la lingüística moderna, e introducir la tripartición de habla, norma y lengua. A su vez, hizo grandes aportes en el campo de la variación lingüística, sus estudios han servido de base para el desarrollo de la lingüística textual. A su vez, Eugenio Coseriu dio inicio al estudio de la dimensión diafásica de la variación lingüística, partiendo y ahondando en los estudios de las dimensiones diatópicas y diastráticas desarrollados por el noruego, Leiv Flydal.

La vida de Eugenio Coseriu

Rumanía

Nació el 27 de julio de 1921 en Mihăileni, Basarabia, que en ese entonces era parte de Rumanía y, actualmente, parte de la República de Moldavia. Se graduó del colegio en un pueblo del antiguo Reino de Rumanía y cursó un año de filosofía moderna y derecho en la Universidad de Iasi (Rumanía).

Italia

En 1940 se muda a Roma donde, tras cuatro años de estudio, obtuvo el título de doctor en filología románica y eslava. Desde 1944 estudia filosofía en la Universidad de Milán, doctorándose en 1949. Durante los años siguientes fue periodista y crítico de arte en Milán. Eugenio Coseriu llegó a decir que el período entre 1948 y 1950 fue el más difícil para los intelectuales en Italia, ya que se enfrentaban a la crisis que dejó la segunda guerra mundial.

Uruguay

En 1950 parte a Uruguay tras haber sido convencido, por el cónsul uruguayo de Milán, de dar clases en la recién fundada facultad de humanidades de la Universidad de la República (Montevideo). En los 12 años que duró en Uruguay, Coseriu publicó algunas de sus obras más importante como Sistema, norma y habla (1952), Forma y sustancia en los sonidos del lenguaje (1954) y La geografía lingüística (1956).

Durante esta época, no se limitó a sus labores como director del departamento de lingüística y profesor de lingüística general e indoeuropea, sino que también dio clases en el Instituto de Profesores Artigas de Montevideo. En este período, formó círculos de estudios lingüísticos que fueron de vital importancia para la historia de las letras de Uruguay. Cabe acotar que, desde 1958, Coseriu tuvo pasaporte uruguayo y conservó la nacionalidad hasta el día de su muerte; en la última etapa de su vida llegaría a escribir un libro llamado A la República de Uruguay.

Entre 1960 y 1963, Eugenio Coseriu fue profesor invitado en la Universidad de Coimbra (Portugal), la Universidad de Bonn (Alemania) y la Universidad de Frankfurt (Alemania).

Alemania

En 1963 se marcha definitivamente de Uruguay para ocupar la cátedra de filología románica en la Universidad de Tubinga (Alemania). A partir de 1966, se ocupa también de la cátedra de lingüística general de la Universidad de Tubinga. Uno de sus estudiantes fue Johannes Kabatek, un prestigioso lingüista que se convertiría en el albacea del legado de Eugenio Coseriu que, actualmente, se conserva en el archivo de la Universidad de Tubinga. Ya en los años setenta, llegó a ser profesor asociado de la Universidad de Estrasburgo (Francia).

Murió el 27 de septiembre de 2002 en Tubinga, Alemania.

Lingüística básica: los conceptos saussureanos.

Para poder apreciar el aporte de Eugenio Coseriu, primero hay que tener un entendimiento básico de los principales conceptos lingüísticos.

Ferdinand de Saussure, padre de la semiología, hizo de la lingüística un campo de estudio científico que define al lenguaje como la dicotomía entre lengua y habla. De esta manera, la lengua vendría siendo el conjunto de códigos abstractos que una cultura utiliza para expresar los pensamientos y las emociones.

Lengua

Por consiguiente, la lengua sería de carácter social y colectivo. La unidad básica o signo lingüístico de una lengua estaría divida en tres: significado (semántica), significante (fonología) y el sistema de combinaciones (sintáctica). El significado es el concepto, la imagen mental; el significante es el sonido utilizado para expresar dicho concepto; y el sistema de combinaciones es la manera en que se estructuran, linealmente, las unidades básicas.

Habla

Por otra parte, el habla es la práctica individual de la lengua. Esta es de carácter universal y requiere de ciertas aptitudes psicofísicas. A pesar del carácter individual del habla, no se podría ejecutar sin la existencia de una lengua. Así pues, como las lenguas forman parte de una historia, se ha llegado a hablar de tradiciones del habla o tradiciones discursivas. Por lo cual, actualmente, también se habla del aspecto social e histórico del habla.

Sincronía y diacronía

Para realizar los estudios referentes a la lengua y al habla, se han solido utilizar dos metodologías delimitadas por Ferdinand de Saussure. El estructuralismo lingüístico es la metodología que estudia un tema (p. ej. los dialectos) de manera sincrónica, es decir, en un determinado momento de la historia. En cambio, el historicismo lingüístico es la metodología que estudia un tema (p. ej. los insultos) de manera diacrónica, es decir, a través de la historia y de las evoluciones que dicho tema de estudio ha tenido a lo largo del tiempo.

Su aporte: 1) habla, norma y lengua.

Eugenio Coseriu llegaría a superar estas dicotomías de lengua y habla, de la sincronía y la diacronía, para concebir la tripartición de habla, norma y lengua de la lingüística general. En consecuencia, Eugenio Coseriu llegó a la conclusión de que la dicotomía saussureana de lengua y habla era incompleta, ya que no tomaba en cuenta las normas que hay entre el hablante y la lengua. Esto quiere decir que el hablante se acata a una norma al momento de seleccionar, voluntariamente, cómo utilizar la lengua. Por ejemplo, una norma es el uso del futuro perifrástico (p. ej. me voy a comer una pizza) en vez del futuro simple (p. ej. comeré una pizza).

La metodología de estudio que permitió a Eugenio Coseriu concebir la tripartición de la lengua, la norma y el habla está ligada a la introducción que este hizo de las tres perspectivas para el estudio de las tres dimensiones del lenguaje (universal, histórica e individual).

Su aporte: 2) tres perspectivas coserianas

Las tres perspectivas coserianas para el estudio de las dimensiones del lenguaje son la actividad, el saber y el producto. Expliquémoslo de la siguiente manera: la dimensión universal del lenguaje es la actividad del habla, que requiere un saber de elocuencia y cuyo producto es todo lo que se ha hablado. La dimensión histórica del lenguaje es la actividad que conforma un lenguaje específico (p. ej. el alemán), que requiere saber un idioma y cuyo producto es la lengua abstracta que el acto y el saber del alemán generan. Por último, la dimensión individual del lenguaje es conformada por el discurso de los hablantes, el cual requiere saberse expresar y cuyo producto es un texto, también conocido como corpus lingüístico.

Su aporte: 3) la diafásica de la variación lingüística

Otro de los aportes de Eugenio Coseriu a los estudios lingüísticos, fue el aporte que hizo a la metodología sincrónica, partiendo de las distinciones de diatópica y diastrática, al introducir la división de la diafásica.

Diatópica y diastrática

¿Qué significan estas categorías? Estas categorías apelan al hecho de que, no siempre, el producto de un discurso -el texto- es el resultado de un solo sistema lingüístico. Por esto, Leiv Flydal introdujo las distinciones de diatópica y diastrática para delimitar las dimensiones de variación que se evidencian como producto del discurso.

La diatópica es la dimensión que explica la variación en el discurso en base al dialecto y al léxico utilizado en un determinado sitio. Por ejemplo, a la ropa interior femenina se le dice «braga» en España, «pantaleta» en Venezuela y «bombacha» en Argentina.

En cambio, la diastrática es la dimensión que analiza la variación del discurso en base a los fenómenos grupales (p. ej. generación, sexo, clase social, etc.) en los que un hablante se encuentre. Se ha llegado a usar el ejemplo de las jergas para explicar más fácilmente este concepto. Por ejemplo, antes, en ciertas partes de Venezuela, generaciones anteriores utilizaban el verbo «zampar» para indicar que algo estaba siendo o iba a ser arrojado de manera violenta (p. ej. te voy a zampar un puño que te va a doler). En cambio, las generaciones más recientes han utilizado el verbo «zampar» como substituto del verbo «besar» (p. ej. habrían zampado, pero su mamá llegó a la casa). Estas variaciones son las que estudia la dimensión diastrática.

Diafásica

Por último, Eugenio Coseriu introdujo la dimensión diafásica para estudiar aquellas variaciones en el discurso que tienen que ver con el estilo discursivo que utiliza un hablante en base a la situación en la que se encuentra. Por ejemplo, el habla que utiliza un ingeniero en una reunión con los contratistas o la forma de hablar que se utiliza al pedir algo en restaurante.

La diafásica originada por Eugenio Coseriu pasó a ser de gran relevancia para la lingüística. En el 2007, Peter Koch y Wulf Oesterreicher publicaron un libro llamado Lengua hablada en la Romania: español, francés e italiano en el que estudiaron fenómenos de variación lingüística. En este libro, los autores redefinían a la diafásica como la dimensión primaria de la variación lingüística (Kabatek, 2017, p. 23). En base al estudio de estos autores, las dimensiones de variación lingüística estarían todas conectadas en una cadena, en la que la diafásica sería la principal de las dimensiones. Esto, a su vez, quiere decir que el hablante no diferencia las tres dimensiones como sistemas separados, ya que el hablante se desarrolla libremente dentro de un espacio cultural en el que entra en contacto con hablantes de diferentes grupos, en diferentes situaciones.

Conclusión

En este artículo, hemos hablado tan solo de los aspectos más básicos y superficiales de los aportes de Eugenio Coseriu al estudio de la lingüística. A su vez, sus estudios referentes a la filosofía del lenguaje, a la relación del lenguaje con el razonamiento y la adquisición de conceptos, son también de sumo interés y valor; merece la pena investigarlos.

Cabe que acotar que, se dice que el intelectual en cuestión dominaba (conocía bien) el rumano, español, francés, italiano, catalán, provenzal, polaco, eslovaco, alemán, búlgaro, serbio-croata, checo, sueco, portugués, danés, neerlandés, esloveno, ruso, latín, y griego. Muchos de sus trabajos contaban con citas de otros libros que él mismo había traducido. El trabajo de lingüista lo llevó a muchas partes del mundo como investigador, profesor y hasta llegó a ser comerciante de arte.

 

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Bibliografía: