La presencia del latín en las lenguas modernas no se reduce únicamente a la etimología de las palabras que usamos a diario. El empleo de expresiones o voces latinas es frecuente en las lenguas modernas; generalmente, los latinismos se utilizan manteniendo su forma original. Aunque, como veremos más adelante, en función de la lengua en que se utilicen pueden aparecer con pequeñas variaciones. Y esto se debe a que cada lengua «regula» la forma en que se usan los extranjerismos. En algunos casos, esas variaciones son la consecuencia de que la expresión latina se adapte a una lengua y se «mezcle» con otras palabras de la lengua a la que se incorpora. En otros, de las propias reglas ortográficas de cada lengua.
¿Viceversa, vice versa o vice-versa?
Uno de los casos más curiosos es el de la palabra viceversa. En español se encuentra plenamente adaptada, y la prueba de ello es que escribimos esta expresión como si se tratara de una sola palabra, cuando en latín se escribía en dos: vice versa. El significado es ‘al contrario’ o ‘al revés’, y procede de las palabras latinas vice —forma en caso ablativo del sustantivo vicis, que significa ‘disposición’, ‘orden’— y versa —participio del verbo verto ‘girar’, ‘revertir’, ‘cambiar’—. Por el frecuente uso que hacemos de esta expresión, en español está adaptada, es decir, no se escribe en cursiva como los latinismos crudos. En italiano ocurre lo mismo: se escribe junto, como se puede observar en estos ejemplos:
Guido Olimpio, «Terrorismi» I narcos dentro l’Isis. E viceversa. (Corriere della sera, 8/6/2018).
In questo caso, chiunque abbia esperienza di mercati sa che possono capitare periodi di discesa per vari mesi consecutivi, magari quelli il cui andamento storico era positivo, e viceversa (Milano Finanza, 18/6/2018).
Ahora bien, en otras lenguas esta expresión mantiene la forma original del latín y se escribe separado. Esto es lo que ocurre, por ejemplo, en inglés o alemán:
In an English context, her brain suppresses ‘Schreibtisch’ and selects ‘desk’, and vice versa (BBC, 8/6/2018)
Trotz der Einschränkung lobt er das Erreichte, sei es bei den Garantien der Rechte von EU-Bürgern in Großbritannien und vice versa oder bei der irischen Grenze (Deutsche Welle, 13/12/2017).
En francés y portugués encontramos una forma híbrida: vice-versa, separada por guion. Este hecho demuestra que cada lengua tiene sus propios mecanismos para adaptar gráficamente las voces extranjeras.
Como abrir as abas acessadas no Chrome do Android no PC e vice-versa (globo.com, 29/5/2018).
Le père n’apporte pas la même chose que la mère et vice-versa (atlantico.fr, 17/6/2018).
Verbigracia, Verbi gratia, exempli gratia…
El siguiente ejemplo lo encontramos en las expresiones verbi gratia y exempli gratia, que tienen el mismo significado: ‘por ejemplo’. No obstante, conviene mencionar que en muchas ocasiones se emplean sus formas abreviadas —v. gr. y e. g., respectivamente—. En inglés es más frecuente encontrar e. g., mientras que en español se utiliza más, por lo general, la forma p. ej. (abreviatura de por ejemplo).
By contrast, they are more likely to attribute male expressions of emotions to the situation (e.g., it was an unexpectedly demanding situation) (Quartz at Work, 18/6/2018).
El envejecimiento tiene consecuencias geopolíticas internas (p.ej. el peso electoral de los mayores perjudica a los jóvenes) (La Vanguardia, 15/6/2018).
Este también es un ejemplo de adaptación de latinismos, pues en español e italiano existen las formas verbigracia y verbigrazia, ambas con el mismo significado.
¿Status quo o statu quo?
Esta expresión latina es una de las que más guerra suele dar; su origen está relacionado, precisamente, con la guerra. La expresión original, empleada en el lenguaje jurídico, era In statu quo ante bellum, es decir, el estado en el que estaban las cosas antes de la guerra. En el Diccionario panhispánico de dudas se recomienda la forma statu quo y se desaconseja la forma status quo. Además, advierte de que la forma de pronunciar esta locución es [estátu-kuó] y no [estátu-kúo]. También en francés la forma recomendada es statu quo, que es la forma que recogen el diccionario Larousse y el Petit Robert.
No obstante, es frecuente encontrar la expresión status quo, mayoritaria en la lengua inglesa. Algunos de los principales diccionarios de dicha lengua (Collins, Oxford y Merriam-Webster) solo recogen la expresión status quo.
En alemán ocurre lo mismo: el diccionario Pons solo recoge la forma status quo. Como asegura Juan Romeu en su obra Lo que el español esconde, la forma status quo podría tener sentido puesto que, una vez que se ha perdido la preposición in, la forma en ablativo (statu) perdería su sentido. Además, como asegura, habría que añadirle que en inglés existe la palabra status, un hecho que ayuda a que status quo prevalezca frente a statu quo.
Un caso curioso: el plural de currículum
La palabra currículum es de esas que siempre generan algún que otro problema. Como es evidente, procede del latín, y su significado original era ‘curso’. De este modo, el curriculum vitae, en sentido estricto, no sería otra cosa que el curso de la vida. En castellano se aconseja escribirlo en cursiva y sin tilde cuando se alude a la expresión completa (curriculum vitae), pero si nos referimos únicamente al currículum, entonces debemos ponerle la tilde y escribirlo en redonda. El plural, como los de los adjetivos y sustantivos que terminan en –m, se forma añadiendo una –s. De este modo, se diría currículums, ultimátums o fórums. Sin embargo, en inglés sí se acepta el plural etimológico curricula, pero su significado es ‘plan de estudios’.
Ahora bien, ¿por qué acaba en –a? Porque curriculum, en latín, es una palabra neutra de la segunda declinación, y las formas en nominativo de dicha declinación forman el plural en –a. Así es como lo han adaptado al inglés y, por este motivo, encontramos ejemplos como este:
Across Canada, colleges and universities are partnering with cannabis companies to develop marijuana-related curricula in anticipation of legalization (National Post, 11/6/2018).
En definitiva, como se ha tratado de mostrar a lo largo de este artículo, cada lengua incorpora los extranjerismos —en este caso, los latinismos— de manera diferente. Y esto se manifiesta en la forma en que los escribimos o los pronunciamos.