Leon Hunter

Sobre facturaciones y burocracias

Sobre facturaciones y burocracias

Sobre facturaciones y burocracias

LA REGULACIÓN DE LOS ASPECTOS TRATADOS EN ESTE ARTÍCULO HA CAMBIADO A PARTIR DEL 16-11-2014 Y PRÓXIMAMENTE SE ACTUALIZARÁN LOS CONTENIDOS DEL ARTÍCULO.

Recientemente he estado haciendo la facturación del final del mes y me he dado cuenta de lo mucho que algunas empresas (de traducción y no de traducción) nos complican la vida para cobrar todo ello en contra de la ley de plazos de pago que establece un plazo máximo (en el momento de publicarse este artículo) de 85 días a partir de la entrega del producto o servicio. Y ya sé que estaréis pensando «claro, claro, para no pagar«. Sin duda hay una parte de eso pero no es menos cierto que hay empresas empecinadas en crear procedimientos burocráticos porque piensan que así trabajan mejor. Y frecuentemente no es el caso.

¿ Burocracias catalanas?

Viendo la lista de empresas a las que iba a criticar en el post me llama fuertemente la atención que la mayoría son de Catalunya. Bueno, no todas porque una es de Zaragoza y otra es de Valencia. Igual se les ha pegado algo por la cercanía o simplemente es casualidad 🙂 En cualquier caso, sí diré que las empresas catalanas tienden a ser muy rígidas con los procedimientos de facturación y podrían tratar de relajarlos un poco.

Mándenos un fax firmado

Esta costumbre muy molesta está muy arraigada en ciertos sectores. Hasta tal punto llega el empecinamiento que tenemos una campaña en «stand-by» con una empresa desde marzo y ellos insisten en que les mandemos el fax firmado cuando ya hemos aceptado todas las condiciones y hemos pagado el servicio.

Tendría sentido pedir el presupuesto firmado a una persona o empresa que no ha pagado un servicio para luego poder utilizar ese documento como prueba de la aceptación del encargo, por ejemplo, si el cliente se niega a pagar un servicio. Entonces, si el cliente «se pone chulo» o dice que no ha contratado o no ha aceptado un servicio X nosotros tenemos nuestro fax firmado con su firma.

Sin embargo, lo que no tiene ningún sentido es pedirle a alguien que ya ha dicho por email por activa y por pasiva que acepta el presupuesto y que de facto ha aceptado el presupuesto pagando el servicio por adelantado.

Preguntada sobre el porqué de la insistencia del fax firmado, la secretaria nos aseguró que era imprescindible que ella tuviera «su carpeta con toda la documentación firmada y mandada por fax«. Y luego se extrañan de que la empresa española es poco competitiva en el exterior. Porque aún siendo una empresa especializada en márqueting digital o nuevas tecnologías no les ha llegado la renovación y siguen en el «mundo 1.0» de faxes firmados y carpetas de papel.

Mande la factura el día 25 con fecha del 30

Tal vez esta sea una de las peticiones más curiosas que nos han hecho. Se trata de una agencia de traducción que da unas instrucciones de facturación muy detalladas en las que insisten que los traductores enviarán la factura el día 25 con todos los encargos del mes, pero con fecha del 30.

Lógicamente esta petición es un fastidio y es muy difícil de cumplir porque si yo emito la factura número 20 el día 25 con fecha del 30… ¿qué haré si otro cliente me pide una factura por un trabajo realizado entre el día 25 y el día 30? Difícilmente le podré decir a una persona que espera con urgencia una factura: «no, espérese cinco días a que le emita la factura porque una agencia española me ha pedido que les emita una factura el día 25 con fecha del 30 y como van correlativas las facturas, ya tengo una emitida con fecha del 30 y no puedo emitir ninguna factura a nadie durante esos cinco días que los tengo pillados por la burocracia.«

Manuales de facturación y procesos administrativos

Los hay que – no contentos con mandar unas instrucciones de facturación (que pueden ocupar una hoja o a lo sumo dos caras si se traducen a otro idioma también) mandan manuales enteros.

Y, además, lo actualizan frecuentemente y lo envían en copia a todo quisque.

Así. una agencia de traducción nos mandó recientemente un «manual de procesos administrativos» de ¡¡22 páginas!! y de «lectura obligatoria para todos los proveedores«.

Mándenos el certificado de contratistas y subcontratistas

Aunque no hay nada en la ley que lo diga, se ha puesto de moda pedir el certificado. En algún momento (esperamos) Hacienda hará números de los miles o millones que le cuesta al año la emisión y envío de estos certificados y los abolirá. Mejor aún sería que hicieran pagar una tasa a la empresa que los pide (y así cubren el coste y de paso se piensan si les interesa realmente pedirlo o no).

Lo cierto es que no vemos la utilidad que tiene para una empresa de traducción (ni para muchas otras) pedir a todos los proveedores sistemáticamente el certificado de contratistas y subcontratistas.

Y, por supuesto, no es cierto eso de «si no nos lo mandas, no te podemos pagar«.

Cuestionarios para proveedores

Es otra cosa que se han sacado X empresas de la manga para entretener al proveedor. Y añaden también aquella coletilla de «y si no nos envía todo relleno, no le podemos homologar como proveedor y pagarle la factura«. Por supuesto, no te dicen antes de hacer el encargo y entregarlo que tienes que rellenar un cuestionario de tropecientas preguntas en las que es obligatorio detallar aspectos tan relevantes para una empresa de traducción como las siguientes:

¿Tiene la empresa implantado un Sistema de Gestión Ambiental?

¿Tienen establecido un plan de vigilancia ambiental?

¿Realizan pruebas de inspección antes de la entrega de suministros?

¿Quién es la persona de contacto del departamento de ingeniería?

En fin, ante estas preguntas (u otras similares) solo nos queda agudizar el ingenio y esperar que la respuesta satisfaga.

Mándenos la factura por correo y se la pagamos cuando la recibamos

– «Pagamos a 60 días*», decía una agencia.

…y en la letra pequeña: (* a fin de mes a partir del momento en el que recibamos la factura por correo postal).

Así si la mandas el día 20 de julio, les llega el uno de agosto y no te pagan hasta finales de octubre.

Venga a la oficina a recoger el cheque

Esta es una práctica de una agencia o dos, no más. Yo fui una vez y me sentí como el pobrecito guachupo que va arrastrándose a que le pague la gran señora y dueña de la hasienda (así – con «s» – porque era tipo telenovela colombiana o venezolana de grandes patronos con grandes extensiones de tierra). Al poco tiempo me harté y decidí que no me salía a cuenta hacer el viaje a ver a la «doñita» por los 100 o 200 euros de cheque que daba una vez al mes a partir del día 10.

¿Atraso?

Pese a la tecnología y los avances, vemos que un gran número de empresas siguen ancladas firmemente en los años 90 (o antes) en cuanto a facturación se refiere. Esperemos que se apunten pronto a la moda 2.0, a la 3.0, o a cualquier otra que nos facilite un poquito la vida a los traductores.

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