¿Cuál es la diferencia entre «oír» y «escuchar»?
En nuestra lengua hay algunos pares de palabras que, por tener significados similares, dan lugar a que usemos de forma indistinta —y, a veces, equivocada— unas formas en lugar de otras. Nos referimos, en concreto, a los pares de palabras como oír y escuchar, por un lado, y a ver y mirar, por otro. ¿Qué diferencia a unos verbos de otros? ¿Escuchamos la música o la oímos? Si nos funciona mal el teléfono, ¿deberíamos decir no te oigo o no te escucho?
Lo primero que cabe señalar al respecto de los verbos oír y escuchar es que sus significados, aunque puedan ser sinónimos en algunos contextos, difieren ligeramente. Si atendemos a las acepciones del Diccionario de la lengua española de ambos verbos, percibiremos tal diferencia:
Oír
1. tr. Percibir con el oído los sonidos.
2. tr. Dicho de una persona: Atender los ruegos, súplicas o avisos de alguien, o a alguien.
3. tr. Hacerse cargo, o darse por enterado, de aquello de que le hablan.
4. tr. Asistir a la explicación que el maestro hace de una facultad para aprenderla. Oyó teología. Oyó al catedrático.
5. tr. Der. Dicho de la autoridad: Tomar en consideración las alegaciones de las partes antes de resolver la cuestión debatida.
Escuchar
1. tr. Prestar atención a lo que se oye.
2. tr. Dar oídos, atender a un aviso, consejo o sugerencia.
3. intr. Aplicar el oído para oír algo.
4. prnl. Hablar o recitar con pausas afectadas.
La primera acepción de cada definición muestra claramente la diferencia entre ambos; mientras que oír se define con el verbo percibir, escuchar lo hace con la perífrasis prestar atención. Ahí reside, precisamente, la diferencia entre ambos: escuchar implica voluntariedad por parte del sujeto, mientras que con oír no ocurre lo mismo. No obstante, conviene mencionar lo que apunta el Diccionario panhispánico de dudas acerca de estos dos verbos:
Puesto que oír tiene un significado más general que escuchar, casi siempre puede usarse en lugar de este, algo que ocurría ya en el español clásico y sigue ocurriendo hoy […]. Menos justificable es el empleo de escuchar en lugar de oír, para referirse simplemente a la acción de percibir un sonido a través del oído, sin que exista intencionalidad previa por parte del sujeto; pero ese uso que también existe desde la época clásica sigue vigente hoy, en autores de prestigio, especialmente americanos, por lo que no cabe su censura.
Cuestiones complejas
Los verbos oír y escuchar se vienen confundiendo desde antaño, de forma que, aunque en la teoría sepamos que se diferencian por la voluntariedad, en la práctica muchas veces los empleamos sin ser conscientes de sus diferencias semánticas.
Así, por ejemplo, quienes sintonizan cada día la emisora de radio para enterarse de las noticias son oyentes y no escuchantes, y lo mismo ocurre con la audiencia, que es el ‘público que atiende los programas de radio y televisión, o que asiste a un acto o espectáculo’. Como vemos, aunque audiencia proceda de audire, de donde viene oír, en la definición se alude al hecho de atender, es decir, de prestar atención, que como hemos visto correspondería al verbo escuchar.
Equivalencias en otras lenguas
En otras lenguas también se mantiene esta distinción basada en la idea de voluntariedad; la forma española oír equivaldría en catalán a sentir; en italiano, a sentire; en portugués, a ouvir; en francés, a entendre; y, en inglés, a to hear. En castellano, como ocurre en catalán e italiano, también podemos utilizar la forma sentir con el sentido de oír. De hecho, en el DLE se recoge, en la segunda acepción, lo siguiente: ‘Oír o percibir con el sentido del oído. Siento pasos’.
El verbo escuchar, cuyo origen está en el latín auscultāre —que aún conservamos en el cultismo auscultar—, también tiene sus equivalencias en otros idiomas: escoltar en catalán; ascoltare en italiano; écouter en francés; y escutar en portugués. Aunque con distinta raíz, en inglés equivaldría a la voz to listen.
Otro caso similar: ver y mirar
Como mencionábamos líneas atrás, el otro par de palabras que también genera cierta confusión es el de ver y mirar. El verbo ver, en el DLE, queda definido a partir del verbo percibir —al igual que ocurre con oír—: ‘1. tr. Percibir con los ojos algo mediante la acción de la luz. U. t. c. intr. 2. tr. Percibir con la inteligencia algo, comprenderlo. Ver cómo son las cosas’.
Por su parte, el verbo mirar se define de nuevo a partir de la atención del sujeto que lo hace: ‘1. tr. Dirigir la vista a un objeto. U. t. c. intr. y c. prnl. 2. tr. Observar las acciones de alguien’.
¿Qué diferencia a «ver» de «mirar»?
Es evidente que existen equivalencias entre oír y ver y escuchar y mirar. Por ejemplo, en la oración La miré a los ojos empleamos el verbo mirar, y no decimos La vi a los ojos, pues mirar implica una intencionalidad, intensidad y duración en el tiempo. De hecho, el verbo mirar puede acompañarse del adverbio fijamente, lo que denota una intencionalidad y una duración: Me quedé mirando fijamente su sonrisa.
Pero si queremos decir que estamos siguiendo una serie en ese momento, podemos decir que estamos viendo la televisión o que la estamos mirando. Este último uso estaría más en consonancia con lo que ocurre en otras lenguas.
#RAEconsultas En referencia a la televisión, alternan en el uso los verbos «ver» y «mirar», ambos válidos.
— RAE (@RAEinforma) 11 de noviembre de 2013
Quizá la confusión se agrave por el influjo del inglés, donde se dice to watch the tv —aunque la distinción se aplica entre tres verbos: to see, to look y to watch—. En catalán, por ejemplo, se dice Estic mirant la tele, como sucede en francés con Je regarde la TV o en italiano con Sto guardando la TV. Aunque, claro está, esto es tan solo la teoría. También en italiano se dice (aunque menos) vedere la TV. Los usos lingüísticos, en definitiva, son siempre complejos y no responden a esquemas ni a taxonomías.
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