El emprendimiento: ¿solución a la crisis?
Me resulta muy difícil ponerme trascendental y político en este blog y tengo tantísima competencia en las miles de tertulias de las cadenas televisivas y radios que pretenden solucionarnos la vida que no sé si mi escrito será convincente o convencerá a alguien pero allá voy… Seré breve, eso sí.
Los problemas conocidos:
– No hay trabajo suficiente;
– No hay suficiente gente cotizando y pagando impuestos para mantener la enorme carga fiscal y de servicios sociales;
– Las cargas sociales para las empresas son altas (es caro contratar gente porque el 50% del sueldo o más son impuestos – si les pagas mil, pagas otros 500 aproximadamente de impuestos);
– Hay mucha gente cualificada con carreras que no trabaja o trabaja por debajo de su cualificación / en trabajos no relacionados;
– Se forma un círculo vicioso en el que la gente sale de la universidad, no encuentra trabajo (y por tanto no aprende a trabajar porque a trabajar se aprende trabajando principalmente…) y cada vez se alejan más de su trabajo soñado;
– Etc.
Lo que podría aportar el emprendimiento:
– Más gente trabajando y pagando cotizaciones sociales e impuestos;
– Creación de empleo: empezando por el empleo que se crea la propia persona que emprende;
– Generación de riqueza, nuevas oportunidades, nuevos mercados;
– Más exportación de bienes y servicios al extranjero;
– Más experiencia y formación laboral.
Sobre todo hay que tener en cuenta que mientras un trabajador en una empresa o en una administración pública tiene un trabajo más o menos estable en el que tiene pocas oportunidades de crear o emprender (aunque existe también el llamado «corporate entrepreneurship» o emprendimiento dentro de la empresa, cosa que se está fomentando ahora), un emprendedor crea, innova, inventa, experimenta, descubre…
Quién me iba a decir a mí cuando me di de alta como autónomo hace ya casi 10 años que iba a tener un programa de mentoring, una empresa de traducción, que iba a organizar una conferencia…
Como se trata de una labor creativa por definición, de un emprendimiento puede salir cualquier cosa… Se puede expandir en muchas direcciones diferentes y puede desembocar en lo menos esperado. Puede empezar en un negocio y evolucionar hacia otro completamente distinto. Puede empezar con un bar y terminar con una cadena de supermercados.
Se habla mucho de investigación e innovación para solucionar los problemas de España pero se olvida la aportación investigadora e innovadora en los mercados y en el ámbito de los productos, la promoción y el marketing y en la creación de nuevas empresas e iniciativas emprendedoras. Todo eso también es investigación, desarrollo e innovación.
El emprendimiento colaborativo y social
Es una idea que me gusta mucho y, en cierto modo, estamos experimentando con ello en Traduemprende. Pienso que el emprendimiento no tiene por qué ser egoísta: se puede colaborar con y ayudar a los demás. Las redes sociales han abierto posibilidades que antes no teníamos.
Un esquema Ponzi constructivo
Dijo algún analista que los problemas de España solo se solucionarían con un fraude Ponzi porque es imposible sacarnos del infierno en el que estamos metidos. Creemos un esquema Ponzi positivo: una pirámide de solidaridad donde yo te ayudo a crear una empresa y a crecer, tú creces y luego haces lo mismo con otra gente. Las posibilidades del emprendimiento son geométricas y cuantos más emprendan, más riqueza se crea. El propio emprendimiento crea riqueza porque las empresas consumen servicios y crean servicios que antes no existían.
Puede que lo que España necesite sea un esquema Ponzi de la solidaridad y pienso que al que ayuda le beneficia y que mientras más gente consigas ayudar y mayor sea el progreso conseguido por esa gente más te beneficias tú porque la ayuda te vuelve y todo lo que das te beneficia. Puede que no sea de la manera que te esperas pero sí es cierto que la gente trata de devolver los favores – como puede – y no se olvida de la gente que les ayudó a prosperar.
Ayudemos a prosperar a «los nuevos» porque solo así prosperaremos nosotros mismos.
Y nada más por hoy… ¡Nos veremos pronto en Traduemprende!
Traductor jurado en Madrid, Leon Hunter SL. Solicita presupuesto sin compromiso aquí
- Omisiones en las traducciones juradas – 03/12/2023
- Las direcciones en las traducciones juradas – 01/12/2023
- La traducción de términos del mercado monetario – 29/01/2021
Estoy de acuerdo contigo pero tampoco es fácil la vida inicial del emprendedor. Tiene mucho que ver con un aspecto vocacional que, llegado a desarrollarse, tiene un punto muy especial en este sector.
A ti te paso, Leon, lo mismo que a mí: era un autónomo puro y duro que sufrí la conversión paulatina y casi sin darme cuenta desde autónomo solito a comunidad de bienes, y luego a SL, normalmente buscando una manera más lógica —digamos— de tributar. Cuando te quieres dar cuenta, estás con una empresa grande en el que la delegación y una estructura de responsabilidades es esencial, y por lo general aprendido todo sobre la marcha, al antiguo estilo de «la letra, con sangre entra…» y tras darte guarrazos importantes con estrategias, clientes, empleados y colaboradores externos. Añádelo a los rollos en que termina uno metiéndose por lo general relacionados con la enseñanza universitaria —tú también sabes de eso—, organizaciones, saraos, colaboraciones, nuevas tecnologías y un «totum revolutum» que puede llegar a dar vértigo. Por eso, es vital que uno sepa hasta dónde quiere o puede llegar.
Ese paso de conversiones en la sombra está lleno de trampas, que de desconocer te pueden llevar casi a la ruina, por lo que hay que conocerlas al dedillo. Me parece muy bien tu iniciativa y espero que en esas jornadas se aclaren conceptos, pero para ello tienen que estar representadas todas sus partes, pequeñas, medianas y grandes.
Para acabar, coincido contigo también en que no podemos quedando esperando que los politicastros, con independencia del signo, nos vayan a solucionar la situación actual, y que sin iniciativa/emprendimiento no hay tu tía, y nuestro sector es muy proclive al emprendimiento, ya que el arranque no es tan costoso como en otros sectores, pero con cabeza.
También coincido —como ves, en prácticamente todo…— en le hecho de que hay que enterrar ya esa idea del empresario que se enciende el puro con billetes de 1 millón de euros… 🙂 Hay empresarios para todos los gustos, y en este sector el perfil es mucho más normal de lo que se quiere hacer ver, incluso en muchas grandes empresas, quizás porque sus máximos responsables han pasado antes por las mismas cuitas del inicio, sin grandes inversores detrás y con la imaginación, pasión por la profesión y las ganas de trabajar por bandera.
Pues eso…
Totalmente de acuerdo. Llámese Ponzi o como se quiera, la solución para este país de funcionarios es cambiar esa mentalidad y pasar a otra de más riesgo, de creer en uno mismo y sobre todo, de no esperar a que papá estado nos resuelva todo.
Está claro que lo que hacía falta era un cambio de mentalidad, y hemos pasado del «tengo que buscar trabajo en una empresa» a «voy a crear mi propia empresa».
Quizá sea lo único bueno de esta crisis, que muchos hemos abierto los ojos a nuevas posibilidades que antes ni nos planteábamos…. y en mi caso, por ejemplo, nunca se me habría ocurrido pensar que iba a intentar ganarme la vida por mi cuenta, siempre dí por sentado que me contratarían en una empresa en la que trabajaría por siempre jamás, y sin embargo aquí estamos.
La vida da muchas vueltas.
Lourdes
Como le decía el otro día a alguien, «emprender» es la manera «cool» de llamar a la persona activa, que evoluciona, que tiene ganas, que tiene ideas, que lo intenta… y que incluso lo consigue. El «espabilao» de toda la vida, creo yo.
Sin embargo, lo que sí es cierto es que se está intentando convencer a la población de que emprender es la solución, pero muchos asienten boquiabiertos planteándose… sí, pero ¿cómo? Creo que en España no nos han educado para emprender, y el que emprende es porque ha sabido (in)formarse por su parte, algo lógico pero no tan común como pueda pensarse. No se le puede pedir a la gente que emprenda sin haberles enseñando cómo hacerlo o, al menos, decirles que se puede hacer.
Está claro que quien ha seguido la senda de la emprendeduría no lo ha hecho sabiendo cómo, pero ese desconocimiento se ha suplido con las ganas de intentarlo, algo que, por desgracia, es más común de lo que debería.
Hablarle a una población desmotivada de que emprender es la solución no hace sino aumentar su impotencia, porque es un concepto demasiado lejano para muchos. Incluso habiendo recibido formación (colegio-instituto-universidad), apenas se recibe información sobre este tema. Me río de las charlas de orientación profesional organizadas por instituto y universidad a las que he asistido hasta ahora, vaya.
Para emprender se necesita una chispa que uno debe alimentar por su cuenta, porque si esperan a que otros lo hagan, pasará lo que está pasando: que se apaga incluso antes de haber empezado a lucir.
Un saludito salmantino.
[…] Estos días con la organización de Traduemprende estamos muy enfocados en el emprendimiento. Hemos visto que – lejos de cualquier tópico o prejuicio – el emprendimiento (al menos en el campo de la traducción) es objeto del interés de un perfil totalmente distinto al tópico y típico “empresario con el puro“. […]
No había leído esto esta mañana, cuando hice una breve entrada (entradilla, si la comparamos con la tuya) sobre el emprendimiento.
Sinceramente: creo que sí que puede ser una vía para salir de esta crisis… EN PARTE.
Ahora es el mejor momento para emprender, o eso creo yo. Las personas que quieren dejar atrás el hastío y ciertas situaciones laborales, viéndose en una situación y un clima límite, solo reaccionan de dos maneras: o se resignan porque no tienen madera de emprendedor y siguen en el mismo trabajo o enviando CVs, o bien deciden emprender porque tienen mil ideas que quieren llevar a cabo. En estos momentos tener un trabajo o contrato fijo no significa demasiado, porque las condiciones de despido y laborales no son precisamente buenas; por otra parte, no estamos contribuyendo ya prácticamente a una pensión, así que más nos vale ganarnos el pan como buenamente podamos y crearnos nuestro propio fondo de nuestro bolsillo.
Ahora bien: cambiar el chip para emprender, que nuestra actitud cambie, no es cosa de dos días y también depende de lo que hayas vivido y de tus expectativas para contigo y con los demás; todo esto se mezcla (de esto voy a hablar en TraduEmprende) con un poco de psicología, porque solo con una determinada mentalidad se puede comenzar a emprender, ya que, como dice Juanjo, la vida del emprendedor no es fácil. Es, simplemente, una gran opción con sus partes positivas y negativas. Ahora bien, si emprendes y te sientes pleno y con la sensación de que has hecho lo correcto, lo negativo no genera un gran problema.
En definitiva: ¿emprender para salir de la crisis? Sí, pero depende de cómo lo hagas y qué actitud adoptes. Sí, pero si vas a aportar algo y puedes contribuir a la comunidad de emprendedores y aportar al mundo, en general, esa actitud de emprendimiento y optimismo necesario para levantar el país o lo que haga falta.
Un abrazo,
Patricia