Guía para redactar un buen ensayo
1. Tener algo que decir
Lo más importante en un ensayo, no es escribir bonito o citar a personas con autoridad sobre un tema: se debe aportar algo a la conversación. Formamos opiniones con facilidad, pero hay que ser cauteloso y distinguir entre una opinión y un argumento. La opinión por sí sola carece de validez, mientras que una opinión fundada en argumentos tiene mayor probabilidad de ser acertada, o por lo menos, respetada.
Si debes escribir un ensayo, por más familiaridad que tengas con el tema, es indispensable realizar una investigación previa. La profundidad y extensión de la investigación varía según dos elementos: cuánto te exijan y cuánto te importe.
Si te limitas a cumplir con el deber académico, es decir, si solo te enfocas en hacer lo que pida el profesor, es probable que logres un ensayo mediocre. Suficiente para aprobar, pero insuficiente para ser un buen trabajo. Sin embargo, estarías dejando pasar una oportunidad para aprender.
Muchas veces los alumnos nos desmotivamos con el aprendizaje porque nos vemos forzados a enfrentarnos a temáticas que no nos interesan. Siempre tenemos preferencias y curiosidades que nos tiran hacia un lado o hacia otro, pero en los años que llevo de estudiante he descubierto que si algo no te parece interesante, es porque no le has dedicado suficiente tiempo.
Estoy segura que muchos más han tenido la experiencia de empezar un trabajo o una tarea que queríamos evitar a toda costa, y una vez empiezas a tomártelo en serio y a verlo como un interés personal y no como un deber, empieza a ser cada vez más interesante. Puede sonar como un cliché, pero una vez le pones corazón al trabajo, resulta cada vez más entretenido.
2. La investigación
Una vez tomamos la decisión de hacer un buen trabajo, que no es cosa sencilla, sigue informarte del tema en cuestión.
La fiabilidad de las fuentes es un elemento importante, y mientras más polémico resulta un tema, más difícil es encontrar fuentes objetivas interesadas en decir la verdad sin incorporar juicios de valor. Sin embargo, esto no nos debe desalentar en la tarea. Una buena forma de afrontar este obstáculo, es asegurarnos de buscar bibliografía con puntos de vista contrarios.
Por ejemplo, en caso de investigar acerca de un tema tan polémico como puede serlo la ley de la eutanasia, es fundamental escuchar los argumentos de las personas a favor y los de las personas en contra.
3. Fuentes fiables
En cuanto a las personas o fuentes de las cuales buscamos argumentos, es importante también que sean personas con conocimientos. No se trata esto de buscar una falacia de autoridad, en la cual un argumento es considerado como verdadero porque lo dice una persona con conocimientos en el tema.
Por ejemplo, si un biólogo es entrevistado acerca de la contaminación en el río Nilo, y dice que tiene un nivel bajo de contaminación. Evidentemente, es probable que por ser biólogo sepa de lo que está hablando y hay que tomar en cuenta su opinión, incluso por encima de los de personas sin conocimientos biológicos.
Sin embargo, solo por ser biólogo no significa que no puede equivocarse en un tema relativo a su especialidad. Puede haber otro biólogo con la misma experiencia que él, que piense que el río está contaminado a niveles peligrosos. Lo importante aquí no es desacreditar a todo el mundo, si no saber distinguir que solo porque alguien sabe de un tema, no significa que es infalible.
Los más expertos pueden estar equivocados y los más ignorantes pueden acertar.
4. Redacción
Una vez tenemos argumentos y cocimientos suficientes como para escribir, ya nos podemos enfrentar a la parte productiva.
Es importante tener una estructura antes de empezar a escribir, para ordenar las ideas que buscamos transmitir. A veces tenemos el conocimiento enmarañado como un ovillo, y el escribir consiste en tirar del hilo poco a poco.
La estructura que suelo usar es la siguiente:
- Introducción: aquí se plantea el tema o problema y se explica en qué va a consistir el trabajo.
- Cuerpo: la extensión del cuerpo varía de la extensión del ensayo. Si es muy largo, es buena idea dividirlo en segmentos o capítulos. Para esto es importante la estructura que se realizó previo al comienzo de la escritura. Lo que suelo hacer, es escribir en una hoja aparte los puntos que deseo hacer, y en el cuerpo los voy desarrollando poco a poco. Si la estructura e investigación fueron realizadas a conciencia, la redacción deberá consistir en un simple desarrollo de ideas. Es importante asegurarse que los puntos se conecten de modo lógico, para que el ensayo no consista en un conjunto de puntos inconexos.
- Conclusión: muchas personas piensan que en la conclusión dices lo importante de tu ensayo. Esto es un error. En la conclusión no debe decirse nada nuevo. La conclusión es el sitio para recoger y resumir lo dicho en el cuerpo, y responder de modo sintético al problema planteado en la introducción. Así que si tienes un argumento potente con el que piensas “con esto convenzo a quien me lea”, ponlo en el cuerpo.
5. Detalles
- Argumentos: si se trata de un tema con opiniones diversas y opuestas, como por ejemplo si la democracia es el mejor modelo e gobierno, el ensayo se enriquece incluyendo las distintas opiniones; ponerlas en diálogo y en contraste.
- Citas: una forma de enriquecer un ensayo, suele ser buena idea incluir citas. Por supuesto, las citas no son decoraciones o formas de quitarnos trabajos e encima con la excusa de que alguien más ya lo dijo. Las citas deben tomarse como argumentos, en cls envido de que una vez incluidos en un trabajo, deben de comentarse y justificarse su incorporación. Si la cita no es relevante al tema del trabajo, en el sitio en el que está, es mejor no ponerla sin importar que tan bien suene o que tan importante sea quien lo dijo.
6. Tiempo
Como dice la frase popular: “el tiempo perdido, hasta los santos lo lloran”. Es una experiencia muy desagradable tener que trabajar a contratiempo, pero como humanos que somos, muchas veces nos gana la vida y vamos apresurados. Sin embargo, debemos procurar dedicarle una cantidad de tiempo adecuada a cada tarea.
En el caso de ensayos especialmente, es buena idea hacerlo con tiempo, no solo para poder completarlo en su momento y de corregir erratas. El tiempo es vital en la actividad productiva porque permite que las ideas “se marinen” en nuestra mente, es decir, nos da la oportunidad e pensar en ellas a profundidad y llegar a mejores conclusiones.
7. Proof-reading o Corrección tipográfica
Evitar este paso es muy frecuente, del cual yo misma suelo pecar, pero que baja muchísimo la calidad de cualquier trabajo. Hacer proof-reading consiste en volver a leer lo escrito, para asegurarse de que no hayan erratas de ningún tipo. Las tildes, letras que falten, palabras repetidas, frases inconexas, errores de citación, etc. Además de las erratas, también es un buen momento para revisar qué estás diciendo, si tiene sentido y si está redactado de modo claro y comprensible.
Para los que escribimos a ordenador, una sugerencia que me ha ayudado muchísimo es imprimir el trabajo. Cuando leemos a ordenador, no sé muy bien por qué, cuesta más ver los fallos. Quizá e porque seguimos en “modo redacción” y no registramos los errores porque pensamos que despeñes lo revisaremos, aunque estemos ya revisando. En cambio, cuando leemos lo escrito en papel tenemos la mente mucho más fresca y atajamos los errores al aire.
Antes de entregar un trabajo, imprímelo (con papel barato, en resolución baja y con poca tinta), siéntate en una mesa con un bolígrafo de color, y ponte a revisarlo.
Un último consejo que suele ayudar mucho en este tema, es pedirle a alguien más que te lo revise. Pídele a un amigo o un colega (alguien que escriba bien y que sepa del tema preferiblemente) que lea tu trabajo y te de su opinión.
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