Guía práctica para redactar un correo electrónico
Escribir un correo electrónico puede ser un verdadero quebradero de cabeza. En realidad, hay pocas diferencias entre el correo convencional y el electrónico en lo que concierne a su estructura; como las nuevas generaciones no han —o no hemos— tenido la necesidad de comunicarnos por carta, es frecuente que surjan problemas derivados de la estructura del correo, de cómo referirnos a nuestro destinatario o del registro que tengamos que usar.
Un correo electrónico se divide, por norma general, en varios apartados: el destinatario, el asunto, el cuerpo, los archivos adjuntos y la firma. En estas líneas nos vamos a centrar sobre todo en lo que respecta al cuerpo del correo, aunque no descartaremos hacer referencia al resto de elementos.
Encabezamiento
Cuando enviamos un correo, lo primero que debemos tener en cuenta es a quién se lo vamos a enviar. Y este hecho no tiene que ver solamente con escribir la dirección de correo del destinatario, sino, sobre todo, en saber quién es, porque esto hará que el cuerpo del correo sea de una forma u otra.
Así pues, si el destinatario de nuestro correo es alguien cercano —un familiar, un amigo, etc.—, podemos usar un registro más coloquial. En nuestro encabezado, podremos saludar de diferentes maneras:
Hola:
Hola, Luis:
Buenas tardes, María:
Como puedes ver, si el correo empieza con un Hola, e inmediatamente escribes el nombre del destinatario, tienes que poner necesariamente la coma del vocativo. Como ya te explicamos en este artículo, omitir la coma del vocativo —aunque esté muy extendido hacerlo— es una falta de ortografía. Y coincidiremos en que nadie quiere comenzar su correo con faltas de ortografía.
#RAEconsultas Estimados tuiteros: Después del saludo en cartas y correos electrónicos, en español no debe escribirse coma, sino dos puntos.
— RAE (@RAEinforma) 14 de febrero de 2013
También hay que fijarse en que el encabezamiento en las cartas escritas en español se cierra con dos puntos. Aunque seguramente hayas leído correos en los que el encabezamiento se cierra con una coma, lo correcto es hacerlo con dos puntos, tal y como queda recogido en el Diccionario panhispánico de dudas:
[Los dos puntos] se emplean tras las fórmulas de saludo en el encabezamiento de cartas y documentos. En este caso, la palabra que sigue a los dos puntos, y que inicia el cuerpo de la carta, se escribe con inicial mayúscula y en renglón aparte: Muy señor mío: / Le agradeceré que en el plazo más breve posible… Es costumbre anglosajona, que debe evitarse en español, utilizar la coma en lugar de los dos puntos: Querido amigo, / Te escribo esta carta para comunicarte…
Si el destinatario de nuestro correo electrónico requiere que escribamos en un registro más formal, podemos utilizar fórmulas para el encabezamiento como las siguientes:
Estimado profesor:
Estimada señora Laura:
Apreciado Javier:
Por norma general, estas fórmulas suelen ser válidas en la mayoría de ocasiones, pues el correo electrónico no es el medio de comunicación más formal. Por ello, es poco frecuente encontrar fórmulas como Excelentísimo señor o Muy señor mío en un correo electrónico.
El cuerpo de texto
En el cuerpo del correo es pertinente especificar cuál es el motivo por el que se escribe tal correo —aunque previamente lo hayamos especificado en el asunto—.
Además, como ya se ha mencionado, el cuerpo se inicia con mayúscula inicial, a pesar de que la palabra vaya precedida de dos puntos. Por lo general, en el cuerpo de texto podemos extendernos cuanto queramos (aunque seguro que nuestro destinatario agradece que seamos lo más escuetos y concisos que podamos).
Con respecto al uso de las cursivas, negritas y subrayados, resulta pertinente utilizarlos únicamente cuando sea necesario. Por ejemplo:
Estimado profesor:
Le escribo para hacerle saber que ya he recogido su obra El valor económico…
Las fórmulas de despedida
Tras el cuerpo de texto es necesario que nos despidamos correctamente. Y, para ello, primeramente podemos agradecer a nuestro destinatario su atención con fórmulas como Muchas gracias por tu atención o Gracias de antemano. En la despedida sí podemos emplear despedidas como las siguientes:
Atentamente,
Reciba un cordial saludo.
Un afectuoso saludo,
Un saludo,
Como ya habrás advertido, tras la fórmula de despedida se puede escribir una coma o punto y aparte. Por lo general, la coma se emplea cuando la fórmula de despedida no lleva verbo, como en Un saludo o en Atentamente.
@valocor Entre la palabra «atentamente» y la firma es adecuado poner una coma.
— Fundéu BBVA (@Fundeu) 6 de junio de 2013
Cuando en la despedida sí empleamos un verbo, como ocurre en Reciba un cordial saludo o en Te mando un saludo, lo correcto es acabar con un punto.
@AleSupert #RAEconsultas Cuando la despedida no contiene un verbo, se separa de la firma del correo con coma: Atentamente, Juan Pérez
— RAE (@RAEinforma) 14 de febrero de 2013
La firma
Tras la despedida debe aparecer nuestra firma. Y aquí podemos recurrir a las firmas personalizadas. Los servicios de correo electrónico permiten que programemos una firma para que aparezca automáticamente al enviar un correo, en la que necesariamente se deberá especificar nuestro nombre y, adicionalmente, nuestra ocupación y dirección de contacto. Es importante remarcar, además, que no debe ponerse punto tras la firma. Así, la despedida de un correo (nótese que hemos evitado el uso de la voz e-mail) debería quedar así:
Un saludo,
Vicente
Reciba un cordial saludo.
María
En definitiva, estos son tan solo algunos consejos que se pueden seguir a la hora de redactar un correo electrónico, y están basados tanto en las recomendaciones ortotipográficas de la RAE y la Fundéu como en la experiencia personal de quien escribe estas líneas.
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En un congreso en Lima realizado en 2012, Xosé Castro dijo que «Hola, Luis» debía ir seguido de punto seguido, no de coma, pero no de dos puntos como señalas. Cuando usamos «Estimados» y nos dirijimos a alguien, había que usar los dos puntos. Parece que la RAE cambió el discurso entre ese año y 2013. Pfff. Bueno. Para ser bien franco, hay algunas «recomendaciones» o «reglas» que como traductor no sigo, porque no se siguen en la práctica habitual de otros países hispanohablantes. Por ejemplo, el uso del espacio no separable en lugar del punto o la coma para separar las cifras en grupos de tres dígitos es algo que en la práctica escrita de mi país (Chile), no se ve. Como traductor, conozco la norma, pero reconozco que no la aplico: 1) porque en la práctica son pocos las que la conocen, 2) los que la conocen no la recomiendan porque ese espacio puede prestarse para que agreguen cifras entre dígitos, algo que les preocupa harto más que la buena ortografía, 3) ya existía consenso en cuanto a esa nomenclatura y no se está de acuerdo con que se haya optado por cambiarla, porque las personas de finanzas conocían las diferencias entre inglés y español (coma para los miles y punto para los decimales en inglés, punto para los miles y coma para los decimales en español). Asimismo, muchos angloparlantes siguen usando la coma también, siendo que esta recomendación de la ISO también les afectaba a ellos. Tengo a varios colegas que están de acuerdo con el cambio y entiendo los motivos por los que concuerdan con este cambio, pero como en muchos casos los clientes ya tenían un orden interno, es lógico que haya renuencia al cambio, por lo que no creo que uno sea «peor» traductor o «mal» traductor por no aplicar esa norma conscientemente. Tenemos diferencias entre hispanohablantes a nivel continental y a nivel mundial, y aunque el español de España sea la alma máter, eso no quiere decir que los demás países deban someterse a sus exigencias, sobre todo considerando el exceso de literalismo y spanglish (que no me gusta, claro) que tiene mayor preponderancia en los países de América Latina. Es una lástima, pero considero que la RAE ha sido muy arbitraria en los últimos años, ya que ha flexibilizado algunos criterios, pero ha modificado otros sin preocuparse de lo que piensan sus ciudadanos. El empecinamiento en rechazar lo que promueve el movimiento feminista y estos cambios de la RAE como adoptar las normas ISO en aras de una mayor «normalización» del lenguaje son solo una demostración del problema que vive la lengua en estos tiempos. Es una pena por un lado, pero tal y como el Esperanto fracasó en la idea de crear una lengua universal para todo el mundo, considero que adoptar un enfoque normalizador con criterios muy subjetivos y rechazar prácticas que uno podrá calificar de redundantes o inapropiadas (pese a que no alteran mayormente lo que se desea comunicar) solo aislará aún más a la RAE de las personas.
Buen artículo, estimado.
Saludos desde Chile
Muy importante sobre todo para personas mayores. Seguir este tutorial seguro les hace comprender como funciona. Gracias por el artículo. Saludos desde argentina.
Creo que esta fórmula tiene un problema, que no se adapta muy bien al email en el ámbito laboral. Yo intento adaptarme, pero en ocasiones se ve muy raro, os pongo un ejemplo:
Buenos días:
Hay tes opciones:
– La empresa tal…
– Hacer un estudio de….
– Lo hacemos con…
En este caso empezar saludando seguido de dos puntos y dos puntos mas en la siguiente frase, se hace muy raro, me parece que queda muy feo y poco claro. Para evitarlo suelo empezar con un saludo, una coma, y en la misma línea algo más y los dos puntos después o como decían un punto y a parte.
Otra opción que se utiliza mucho es empezar directamente sin saludar, pero también me suelo resistir.
Creo que esto va a evolucionar en unos años, no sé si será la forma anglosajona con la coma después del saludo.