Traductores «empleables»: consejos para redactar CVs y formarse para trabajar
Este post trata, por tanto, sobre mi experiencia seleccionando traductores en plantilla y los consejos no son aplicables a CVs para traductores freelance.
En este caso buscaba personas jóvenes, tituladas nuevas, con ganas de trabajar y formarse como traductor/a jurado/a. He visto unos buenísimos CV y hasta cierto punto es deprimente que en España haya tanta gente cualificada sin trabajo…
PERO tengo que criticar algunos de los currículos recibidos porque me parece que los que los envían no saben que no solo hay que tener una buena formación sino que también hay que aparentar tenerla y saber vender.
Los americanos
Siempre criticamos a los americanos o estadounidenses en Europa. Sin embargo, hay que reconocer algunas cosas:
– Que gracias a pruebas como las SAT, el GRE, el GMAT nadie sale con un máster sin saber leer y escribir, sumar y restar;
– Que saben hablar en público;
– Que saben venderse.
Hay mucho que aprender de ellos. Por tanto, recomendaría a todos darse una vuelta por los libros de «self help» de cualquier librería online americana y comprarse unos cuantos libros tipo: «How to write an impressive CV and get the job!» (me he inventado el título, pero seguro que existe). Además, te los puedes comprar de segunda mano y te costarán 2 dólares o incluso centavos de dólar (que, al cambio, no es nada). Y para los que tengan una Kindle, eBook o similar, pueden obtener la gratificación inmediata de descargarlos sin esperar a que lleguen por correo.
Cuando yo buscaba trabajo, ya hice acopio de libros por el estilo y seguí algunos consejos.
Biba llo i mys faltas de hortografía
Tal vez esto sea lo más importante en un currículo de traductor. De nada sirve tener 20 másteres cuando luego en el currículo está lleno de errores, erratas y faltas.
Ejemplos:
«Atender las necesidades del cliente y solucionar los problemas q se puedan ocasionar en el establecimiento.»
«He estudiado inglés un año en Wensmister Collage (Londres, Reino Unido).»
«Praticipación como intérprete en […]»
«Participando en el prorama de “Auxiliar de Conversación” » (las comillas de auxiliar de conversación no son mías).
La maquetación del currículo
Creo que no hace falta presentar una maravilla (aunque hay gente que lo hace) pero lo que no se puede hacer es presentar un CV mal maquetado con las sangrías, tipos de letra y tabulaciones todas mal.
Por ejemplo:
Idiomas:
-Francés
– Inglés
– Alemán
-Polaco
– Neerlandés
– Swahili
Aunque parezca mentira, hay mucha gente que presenta así maquetados los CV y búscate la vida para entender lo que pone. Además, pegan una palabra a un número, así:
Experiencia:
Febrero de 2011 a Marzo de 2011Coordinadora del proyecto XX de XX.
Marzo 2011 – abril de 2011 [….] Prácticas en la Agencia XXX.
Y bailan también las mayúsculas y minúsculas en los meses, en los nombres, en los idiomas, etc. A veces han estudiado «de … a», otras veces «desde … hasta» y otras veces es un guión o una raya o la alternancia de guiones y rayas. A veces la letra está a tipo 11 y en el renglón siguiente pasa a 8 sin motivo aparente y luego otra vez a 11 o a 14.
Ejemplos:
Mayo a junio de 2011. Supervisora de compras en una importante cadena de supermercados.
Junio de 2011 hasta la fecha. Prácticas de intérprete jurado en tal agencia.
Formación complementaria:
Curso de Guía Turístico en la Academia Gran Vía de Badalona.
Curso de Microsoft Word – Avanzado
Puntuación
Unas veces hay puntos detrás de las frases y otras no. En las enumeraciones hay puntos unas veces sí y otras no. Hay frases huérfanas sin punto cuando todo el resto llevan punto. Los títulos a veces llevan punto, a veces dos puntos y a veces nada, según les dé ese día. Las comas suelen brillar por su ausencia y no salir en los lugares adecuados. No parece que se siga ninguna regla en concreto. Diría que nadie puntúa bien en ninguno los CV que he visto hasta ahora y que ningún licenciado sabe como puntuar una enumeración. No he visto que nadie ponga punto y coma y luego un punto al final, así:
– Inglés;
– Francés;
– Finlandés.
Hay mucha incoherencia, en el sentido en que la misma persona utiliza distintas convenciones en el mismo CV y unas veces pone todo seguido de punto, otras nada, etc.
Explicaciones innecesarias
Diría que sobran explicaciones como:
– Usuaria de TRADOS (es un programa que utilizan los traductores para ir un poco más rápido);
– Curso de TRADOS (un programa de traducción);
– Curso de interpretación (traducción hablada).
Si estás mandando un CV a una empresa de traducción ya sabemos lo que es Trados y sabemos también lo que es la interpretación.
Listas y listas de trabajos poco relevantes:
De junio de 2008 a julio de 2008. Rotador de pizzas en Pizza Hut;
De junio de 2009 a agosto de 2009. Cajero del McDonald’s;
De septiembre de 2009 a febrero de 2009. Cajera en el Supermercado Día;
De abril de 2009 a marzo de 2009. Dependiente en Zara;
De mayo de 2009 a junio de 2010. Recepcionista en la Clínica Veterinaria de mi pueblo;
De junio de 2010 a julio de 2010. Vendedor de billetes de Renfe;
De julio de 2010 a septiembre de 2010. Camarera en el restaurante Buerguer (mal escrito) King.
Al final estos CV no te dicen nada y dan mala impresión de la persona que cambia de trabajo cada mes y ha tenido un conjunto de malos trabajos. Y uno se pregunta si es por algo en concreto.
Foto guarripei
No lo iba a decir para que no me pase lo que le pasó a aquel seleccionador de Sánchez Romero que hizo unos comentarios demasiado sinceros en unos CV que aparecieron en la basura (los que no se acuerden o sean muy pequeños, que lean esta noticia de El País) pero creo que hay que decirlo: no mandes una foto guarripei en un currículo. Hay que lavarse el pelo y peinarse antes de la foto y no salir como Bob Geldof en un mal día.
También hay gente que no pone foto: también me parece un error porque parece que ocultas algo o que tienes falta de confianza en ti mismo y te ves muy feo/a.
Me ha causado muy buena impresión un currículo en el que la foto aparecía a la izquierda en vez de a la derecha (suele ponerse en la esquina superior derecha) y me parece que la mejor posición para la foto es la esquina superior izquierda porque es el lugar donde primero acude la vista. De hecho en el mundo de internet esto ya se sabe hace tiempo y por ello la parte más importante de una página siempre está en la parte izquierda del centro hacia arriba. Es lo primero que miran todos y la primera impresión la construyen a partir de allí.
Los currículos con formato europeo (Europass CV)
Recomendaría a todos este formato si no están familiarizados con la redacción de currículos. Aunque lleva un tiempo acostumbrase a leerlos, el formato es mucho más claro y cómodo para el seleccionador. Además, como ventajas importantes presenta la oportunidad de incluir información sobre habilidades personales «soy ordenada, puntual y buena gestora» o sobre características de la persona. Por otro lado, con este currículo se «tapan» mejor los huecos en los CV ya que revela menos los periodos en los que no se ha hecho gran cosa.
Como única crítica a este formato está la distinta interpretación que puedan dar a los apartados los candidatos y cuando un candidato dice:
Actualmente Licenciado en Traducción e Interpretación
No se sabe si actualmente estudian Traducción e Interpretación o si ya son licenciados y poseen este título «actualmente». La interpretación más obvia es la primera pero, sin embargo, no todos lo entienden así, como he podido comprobar. En definitiva, estos currículos pueden dar lugar a interpretaciones erróneas y hay que leer muy bien las instrucciones, seguir los apartados intuitivamente y ponerse en la piel del lector, que no sabe si «actualmente» equivale a «estudiando» o no.
Lo que falta en los currículos
A la hora de elegir a un traductor, el seleccionador está buscando la respuesta a la pregunta: ¿Sabe traducir? ¿Es productivo o podrá serlo en el futuro?
Falta mucha información sobre los conocimientos informáticos, los conocimientos lingüísticos y habilidades concretas para la traducción, como una estimación del número de palabras que pueden traducir por día.
Competencias o habilidades básicas
Recientemente envié una crítica a una encuesta del programa Optimale (un exclusivo grupo europeo de universidades de formación de élite en traducción) sobre las habilidades que esperan los empresarios de los graduados en traducción. Dije que faltaba información sobre «basic skills» (habilidades básicas): el manejo del paquete office, el manejo de los idiomas origen y destino, la velocidad de mecanografiado, etc. Y el motivo de esta crítica es que los licenciados y titulados de másteres españoles (en mi opinión) no tienen pleno dominio de estas «basic skills».
Respuesta del coordinador del Programa Optimale
Tuvieron la amabilidad de contestarme y lo que me dijo Daniel Toudic, Coordinador del Programa Optimale y Director del Centro de Formación de Traductores de la Universidad de Rennes II, fue lo siguiente:
«We deliberately excluded the basic skills that you mention (spelling, native language competence, basic IT skills, etc.) as these were taken as a given.«
Es decir que se da por hecho que los candidatos tienen esta formación pero lo que no tengo claro es dónde la adquieren (si es parte del programa de estudios o sólo la pueden adquirir acudiendo a cursos de academias en las que se les enseñe ofimática, mecanografía, etc.).
Añade el señor Daniel Toudic:
«I can assure you that those who graduate with a Master’s degree in professional translation from my own university (and from the dozen or so other French universities with bona fide translator training programmes) are all expected to possess:
a) a perfect mastery of their native language (French in most cases);
b) advanced competence in English and at least one other non-native language;
c) the ability to translate specialised source texts from English into French at a speed of at least 1,500 to 2,000 words per day, to professional quality standards, and;
d) to be proficient in the use of standard office software and standard CAT tools (translation memory systems, terminology management tools, etc.).«
Además, añade, que: «The fact that 95% of them then go on to work in the translation industry seems to indicate that they are meeting employer expectations.«
Estoy de acuerdo y a lo mejor lo que se tendrían que plantear CES Felipe II, la Universidad Alfonso X el Sabio, la Universidad de Alicante y otras (si cito estas es porque los CV que he visto eran de alumnos de estas universidades) es por qué no forman parte de este grupo Optimale y por qué sus licenciados y titulados en traducción no tienen estas habilidades básicas al licenciarse o titularse. Y puede que ese sea precisamente el motivo por el que es muy difícil y costoso contratar a un licenciado de estas universidades (entre otras). Porque al salir al mercado tienen un nivel de inglés (auto confesado) de C1 o B2 (cuando deberían tener un nivel C2), porque es evidente que no manejan Word por cómo está redactado y maquetado el CV, porque tienen faltas de ortografía en los currículos y porque al empezar las prácticas tienen una producción (en palabras) muy inferior a la que se espera «en Europa» (según lo que nos cuenta el director de Optimale eran 1,500 a 2,000 palabras por día: un ratio aceptable para un nuevo traductor). Sin embargo, de un licenciado de CES Felipe II, Alicante, Alfonso X… ¿Podemos esperar ese número de palabras? Yo diría que no: que por lo que veo puede ser cualquier cifra desde 200 o 300 hasta 1.000 pero no 1.500 ni 2.000, al menos no al principio. Y la razón es que (y que me corrijan si me equivoco) en ninguna clase de «traducción académica» se enseña velocidad ni se trabaja con plazos en los que sea necesaria una velocidad de 1,500 a 2,000 palabras por día. Por tanto, es lógico y esperable que un alumno que no ha recibido ninguna formación en velocidad no va a tener esa velocidad al acabar la carrera de manera espontánea.
En definitiva, muchos licenciados en traducción no tienen las habilidades básicas para poder trabajar, no son productivos y – paradójicamente – exigen también unos sueldos altísimos (de 1.800 euros sin ninguna experiencia ni prácticas profesionales, etc.) y por eso son inempleables y nadie los contrata.
Máster en productividad
No en vano, en la UAX se ha creado un «máster en productividad en traducción» entre cuyo profesorado se encuentra el ex-Presidente de la Asociación de Empresas de Traducción (ACT) Juan José Arevalillo, suponemos que para formar a personas que sí puedan tener la productividad necesaria para trabajar (ya que los licenciados aparentemente no la tienen).
Sin embargo, al autor de este blog le parece una barbaridad y una prueba de lo mal que están las cosas que se tenga que crear un «máster en productividad» para formar a licenciados empleables cuando bastaría con que en la propia carrera se impartieran los contenidos básicos para trabajar.
Fábricas de parados
Diría por todo lo expuesto (y ya para terminar porque me he alargado bastante) que volvemos al tópico de las «fábricas de parados» y esto es por una razón muy sencilla (no es nada dificilísimo ni complicadísimo) – no es rentable contratar a estos titulados porque:
– No saben (suficiente) inglés;
– No saben Word;
– No saben Trados;
– Redactan mal en español y tienen faltas.
Y encima piden un pedazo sueldo… Lo básico es que se resuelva ese problema en origen (en la Universidad) y, entonces, las empresas podrán contratar licenciados en traducción de forma rentable y a lo mejor así llegaremos a las cifras que citaba el Sr. Toudic de «95% de contratados«. De otro modo lo veo imposible y seguiremos viendo altas cifras de parados entre los recién titulados y una clara preferencia de las empresas por los traductores autónomos.
Traductor jurado en Madrid, Leon Hunter SL. Solicita presupuesto sin compromiso aquí
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Gracias por mencionarme, Leon. Después de 20 años leyendo CV para mi empresa, tengo material de esto para hacer una tesis, como te puedes imaginar… Asimismo, llevo haciendo pruebas a traductores desde hace también 20 años con registros guardados de todos ellos y de universidades específicas, y te sorprendería ver los resultados de algunas universidades de «campanillas».
Todo depende del interés y de la capacidad del alumno, más que de una u otra universidad. Te pongo un ejemplo: en la UAX existe una asignatura específica en el último curso en el que se dedican unas 50 horas a enseñarles a los alumnos la realidad del sector y lo que se van a encontrar: elaboración y recomendaciones de CV, cálculo de tarifas, búsqueda de empleo, etc. En definitiva, todo aquello que el egresado debe saber para que no se le caiga todo encima de golpe. La imparten dos profesores: un traductor autónomo de larga trayectoria en el sector y otro más —yo mismo— que les muestra la otra parte del sector: la empresa y lo que conlleva. Además, tienen 30 horas aparte de orientación profesional en las que les van a hablar traductores, intérpretes, asociaciones (Asetrad suele ser un asiduo), empresas, revisores, etc.
Quiero decir con esto que se pone todo a disposición de los alumnos, con muchas horas, pero hay algunos a quienes les parece importar poco. Los nuevos programas adaptados a Bolonia, por ejemplo, contemplan muchas asignaturas eminentemente prácticas y orientadas a la incorporación al sector. Si luego el alumno no lo aprovecha, échale la culpa al maestro armero… Y lo mismo te digo de las demás universidades, en mayor o menor medida.
Una precisión, ya de paso: yo no dirijo el curso de productividad, sino Sergio Calvo —como figura en su programa en la web— y no está dirigido necesariamente a los alumnos de la UAX, sino a todo el universo, y está pensado principalmente para que el traductor —autónomo o contratado— puede mejorar su capacidad como traductor en el día a día. La palabra «productividad» no se refiere únicamente a hacer más palabras, como muestra el programa.
Saludos.
Juanjo
Un ejemplo real: al impartir clases en la UAX y otras, suelo fijarme en los que considero potencialmente buenos traductores, y una de ellas en unas prácticas veraniegas en mi empresa (iba a empezar cuarto curso) una alumna de la UAX llegó a las 3200 palabras diarias de media (y con una calidad bastante buena). Obviamente, la fiché en cuanto acabó la carrera y sigue con nosotros. Otros no llegaron a la mitad. Por eso decía lo de la persona, y no de la universidad: y te hablo con un registro de revisiones de pruebas próximo a los 500 traductores registrados desde el año 2000 (los anteriores por desgracia no los tenía registrados…).
Hola, Juanjo:
Gracias por el comentario y las explicaciones programáticas de la UAX. No quería ser injusto pero, la verdad, es que he visto cosas que me han parecido preocupantes en los CV (sobre todo los de mi propia universidad: CES Felipe II) y lo he mencionado porque creo que es una manera de concienciar al alumnado y al profesorado y que lo vayan viendo y analizando para corregir el problema.
Si nadie dice nada, nunca se va a actuar.
Por otra parte, entrevisté en inglés a todos los candidatos que llegaron a la «segunda fase» y me pareció que era mejorable el nivel de inglés de muchas personas pero, al tratarse de una prueba oral o hablada no lo he mencionado en el post.
«La palabra “productividad” no se refiere únicamente a hacer más palabras, como muestra el programa»
Estoy de acuerdo, pero ya que facturamos por palabra y estoy hablando de traductores (no de gestores o de otras funciones) es uno de los principales baremos objetivos de esa productividad.
«… una alumna de la UAX llegó a las 3200 palabras diarias de media (y con una calidad bastante buena). Obviamente, la fiché en cuanto acabó la carrera y sigue con nosotros.»
Pues a ver si dejas algo para los demás 🙂 Pásanos alguno/a de esos alumnos 🙂
Saludos,
Leon Hunter
Hola, Leon:
Gracias por esta entrada. En estos momentos me encuentro buscando trabajo y he tomado nota de algunos detalles como ubicar la foto en el lado izquierdo. Sin embargo, ¿has pensado que puede que no se incluya la fotografía por la igualdad de oportunidades y esas normas sobre todo anglosajonas? Para cualquier puesto en RU o EEUU mis compañeros que trabajan ya allí me tienen prohibidísimo poner fotografía.
Por otra parte, acerca de la productividad, yo tuve la suerte de contar con un gran profesor en la Universidad de Granada que nos presionó durante todo un curso para que aumentáramos la productividad tanto en velocidad como en calidad. A final de curso traducíamos una media de 2000 palabras diarias y, gracias a eso, actualmente tengo una media de 3000 palabras diarias sin mucha experiencia profesional tras licenciarme. A ver si toman nota el resto de universidades…
has pensado que puede que no se incluya la fotografía por la igualdad de oportunidades y esas normas sobre todo anglosajonas? Para cualquier puesto en RU o EEUU mis compañeros que trabajan ya allí me tienen prohibidísimo poner fotografía.
Era una simple observación peregrina sobre aspectos estéticos pero no tiene mayor importancia.
Dudo que con los cambios de Bolonia la cosa mejore… Básicamente el problema es que se espera que la universidad ejerza de escuela técnica o dé una formación profesional. Luego para traducción ponen las notas de corte que ponen y entran maquinitas de estudiar que se creen que estudiando mucho lo tienen todo hecho y que, como se han matado a estudiar, se lo merecen todo.
Los másters… a mi entender otro timo, se ve que se han dado cuenta de que pueden sangrar más a la gente y sobrecualificarla todavía más haciéndolos -si cabe- aún más incontratables. Y si no veremos de aquí a 5 años qué niveles de preparación arrojan los nuevos y maravillosos másteres que nos ofertan ahora…
De toda la gente que conocí mientras estudiaba traducción en Alicante (que fue mucha, porque me lo tomé con tranquilidad) conozco casos contaditos que trabajen directamente como traductores, y no es cosa de asombro: para empezar no se distinguía especialización (se estudiaba en bloque tanto traducción como interpretación) y uno salía de allí sin saber ni traducir ni interpretar. De hecho, las nuevas generaciones que llegaban fresquitas de la ESO, a veces ni tan sólo tenían una competencia lingüística alta en su propia lengua materna.
La obsesión por el catalán que muestran las universidades valencianas y catalanas tampoco ayuda mucho a tener un dominio en la lengua materna, más bien crean una dualidad que desenfoca aún más el control que se pueda tener sobre la propia lengua. Vamos, que querer tener lengua materna A1, lengua materna A2 y luego ser traductores y además intérpretes de una lengua B y de otra C (¡y conocimientos de otra más!) es poco menos que una quimera. Eso sí, puedo decir que ningún profesor me exigió tanto como los que tuve en catalán.
Para colmo, te «regalaban» la certificación de traductor jurado, con lo que la gente salía -sale- al mercado aún más endiosada.
Yo ni me planteaba traducir en el futuro -ni me lo planteo, oiga- ni interpretar, y puedo decir que mi nivel de idiomas sólo ha llegado al nivel de competencia que quería alcanzar muchos años después de acabar la carrera. Y ahora que podría dedicarme a ello he comprobado que los idiomas son mucho más útiles como baza secundaria y puedo dedicarme a otras cosas, ganando más y sufriendo menos.
Y la verdad, viendo cómo está el panorama de la traducción: la demanda real; el exceso de personal «oficialmente» cualificado -que no cualificado en realidad-; la «excesiva voluntariosidad» de los clientes a la hora de pagar; el tener que justificar el sistema de trabajo para poder cobrar; el perder tiempo en hacer presupuestos ajustados y que el encargo se lo acabe llevando «el sobrino de Fulanita, que pasó dos veranos en Inglaterra y me lo hace por 50 euros»… Pues no, no me apetece nada.
Por cierto, criticas las erratas en los CVs y se te escapa alguna como esta de número «En este caso buscaba persona jóvenes»…
Saludos,
Por cierto, criticas las erratas en los CVs y se te escapa alguna como esta de número “En este caso buscaba persona jóvenes”…
Al principio decía una persona joven y luego lo cambié a «personas jóvenes» ya que finalmente he contratado a dos, cosa que no tenía decidido cuando empecé a redactar el artículo.
Alguna errata hay siempre (en mis textos también). Por eso es conveniente que todo lo relea otra persona.
De todas formas hay una diferencia bastante grande entre una entrada de blog escrita un domingo por la tarde y un CV.
Saludos,
Leon Hunter
«Para cualquier puesto en RU o EEUU mis compañeros que trabajan ya allí me tienen prohibidísimo poner fotografía.»
De todas formas, ahondando un poco en esa cuestión no estoy muy de acuerdo con ese tipo de normas «políticamente correctas». Mucha gente en Reino Unido (de Estados Unidos no puedo hablar) tampoco les ve gran sentido. Yo pongo todo: el sexo, la edad, el estado civil y la foto y si quieren discriminar por eso, pues ellos se lo pierden… 🙂
Saludos,
Leon Hunter
Hola otra vez:
También es cierto que hay textos y textos… Y que no es lo mismo que se te escape una errata en un blog (o en un comentario, que a mí también se me ha escapado ha escapado alguna cosa) que en un CV…
Los fallos (más bien la ausencia) de maquetación te puede ahorrar un montón de trabajo…
Saludos,
«[…] que a mí también se me *ha escapado ha escapado* alguna cosa […]»
😉
LH
Muy buen resumen y muy buen rapapolvos.
Solo discrepo en una cosa: El currículo europeo es un auténtico truño. He tenido que traducir varios y las he pasado muy mal para saber dónde empezaba y dónde acababa cada puesto porque todo se pone en el mismo tamaño y apenas se diferencian con negrita… Para mí es un no-no. Los que he traducido, he acabado poniendo negritas y añadiendo más espacios de los que vienen para que se pueda ver un poco a simple vista cada una de las cosas.
Lo de la foto, aquí en Reino Unido no se lleva mucho, con eso de que no quieren tener prejuicios con nadie y si ven tu foto y eres negro/asiático/hispano/eslavo a lo mejor les influencia a la hora de llamarte para una entrevista… Ah, «makes pefect sense», si un caso, ¿no sería al revés? 🙂 En fin. Yo no les hice mucho caso, y siemrpe he puesto mi foto (arriba a la derecha, pero visto lo que me dices, estoy por cambiarla de sitio), y parece ser que ha servido para que me diesen una oportunidad con mi primer trabajo y, ya más adelante, para que me llamasen en un par de sitios a los que envié mi currículo.
En fin, que con tu entrada hay mucho por digerir. Creo que tendré que leerla de nuevo con mi currículo al lado para repasarlo 😉
Un abrazo.
«Estoy de acuerdo y a lo mejor lo que se tendrían que plantear CES Felipe II, la Universidad Alfonso X el Sabio, la Universidad de Alicante y otras (si cito estas es porque los CV que he visto eran de alumnos de estas universidades) es por qué no forman parte de este grupo Optimale y por qué sus licenciados y titulados en traducción no tienen estas habilidades básicas al licenciarse o titularse.»
¿Por qué? Porque se juntan el hambre y las ganas de comer: por un lado, una carrera con un contenido a todas luces insuficiente y un enfoque totalmente equivocado (si lo que se pretende con ella es formar traductores «de verdad», y no gente con idiomas); por otro lado, un puñado de estudiantes infantilizados, carentes de curiosidad y de atención por los detalles, desorientados, que esperan que se lo den todo hecho y mascadito; ni por asomo se les pasa por la cabeza mover el culo y explorar por sí mismos los entresijos de nuestro ámbito profesional, porque supuestamente se lo tiene que enseñar la universidad. Dicho lo cual, yo soy licenciada en TeI por la Universidad de Alicante, producto de la ESO para más inri, me dedico a esto desde que terminé la carrera (jamás he tenido otro trabajo) y, hasta la fecha, me ha ido bastante bien. Algunos sí salimos de la universidad sabiendo hacer la o con un canuto. 😉
Saludos,
Isabel
En primer lugar, muchas gracias por tu entrada, me apunto cosas muy útiles. En segundo lugar, coincido con Juan José Arevalillo en que depende de la persona. Como recién licenciada (¡en mayo!) de Traducción e Interpretación por la Universidad Pontificia Comillas, puedo decir que, en general, he visto poco interés por parte de muchos en ponerse de verdad a trabajar. De hecho, sólo dos personas, entre ellas yo, nos hemos ido el verano fuera a trabajar de prácticas para seguir ampliando nuestros conocimientos y mejorando como traductoras. El resto quieren disfrutar, como siempre, de su verano en la playa. Pero bueno, eso depende de cada uno. Eso sí, me ha sorprendido muchísimo que personas que se quieren dedicar a traducir cometan faltas tan graves (¡si no he pasado el corrector y leído mi CV quince veces, no lo he hecho ninguna!). Y ya que estoy y como nota de humor, ¿a dónde decís que hay que mandar los CVs? 😉
Coincido plenamente con lo que dice Isabel, quizás porque viene a ponerse como ejemplo de lo que supone la actitud, tanto o más importante que la aptitud. Es totalmente cierto que un gran número de estudiantes están ahí porque no tienen más remedio, porque es una manera de evitar seguir trabajando o por cualesquiera otras razones que no sean la propia vocación, pero esta última solo aflora en contados casos. Por desgracia, la proporción es de 1 a 10, más o menos. Porque cuando a uno le gusta algo, agarra las asignaturas con fuerza y sabe utilizar su arma fundamental de trabajo: la lengua y su expresión en todos los niveles, y ves casos en los que no te explicas cómo han podido llegar ahí.
Por eso, se combinan una serie de variables para que alguien salga con una formación más o menos básica y útil: la actitud del alumno; su capacidad, y profesores a quienes les guste lo que hacen y conozcan el mundo real: estas tres variables son troncales (ya que hablamos del mundo académico…). Las universidades, unas y otras, tienen sus puntos buenos y menos buenos (a veces malos y menos malos), y es la capacidad del alumno para buscarse la vida y aprovecharlos durante la carrera y después de ella para hacerse un hueco en la profesión y progresar.
Después de leer esta entrada y sus comentarios, tengo que reconocer que se dicen algunas verdades como templos. Ahora bien, no estoy de acuerdo con la responsabilidad que se atribuye a las universidades (y por ende a los profesores) de los errores cometidos en la redacción del CV de los candidatos a un puesto de trabajo en traducción e interpretación. Además, me gustaría matizar algunos aspectos sobre el mencionado posgrado de productividad en la traducción. Como se me alude directamente y se menciona la Universidad Alfonso X el Sabio, donde imparto clases desde el año 2009 en la Licenciatura de Traducción e Interpretación, además de coordinar el posgrado de productividad en la traducción, creo que mis comentarios serán bienvenidos.
En más de diez años trabajando en la industria de la traducción y la localización, en los que he realizado actividades de muy diversa índole, he podido constatar una máxima que suele mencionar Juan José Arevalillo: «Se contrata por aptitud y se despide por actitud». Quiero decir con esto, que por muchos esfuerzos que pongamos los profesores en orientar la formación de profesionales en este sector, al final es la actitud de los estudiantes y futuros trabajadores el mayor lastre. Cada año pasan por las aulas alumnos extraordinarios y otros que no lo son tanto. En las clases, se mencionan todos los puntos que se tratan en esta entrada para la redacción del CV y muchos más. Se les enseñan las tripas de esta profesión y los errores que uno no debe cometer. Si al final algunos no lo toman en consideración, sin duda, es por falta de voluntad. Una voluntad que sí se ha tenido para escribir esta entrada y que yo alimento con estas palabras. No considero justo, no obstante, acribillar con palabras desacertadas la labor de unos profesionales que trabajan cada día con el deseo de mejorar esta profesión.
Centrándonos en el tema de la productividad, no es lo mismo hablar de productividad que de producción. Si hablamos de 3000 palabras al día, estamos hablando de producción. Si mencionamos la actitud con la que afrontamos conceptos como optimización del tiempo, procrastinación, gestión de recursos (sobre todo lingüísticos), gestión de la calidad o competencias informáticas, entonces estamos hablando de productividad. Ser productivo no significa producir mucho. Ser productivo significa buscar la excelencia a través de la eficiencia. Es una competencia y no un recuento de palabras.
En esta entrada se dice que «al autor de este blog le parece una barbaridad y una prueba de lo mal que están las cosas que se tenga que crear un “máster en productividad” para formar a licenciados empleables». Creo que se ha producido una absoluta malinterpretación del objetivo de este curso. La idea que dio origen a este curso de formación está precisamente en la empresa y no en la universidad. Simplemente es el resultado de observar durante años los errores que se comenten y la falta de productividad que existe en algunas empresas de traducción. El hecho de que esté en el marco de la universidad es para permitir también a los egresados que adquieran competencias que posteriormente serán un valor estratégico para su futuro profesional. Como formador para empresas, ya he impartido antes muchos de los contenidos que se ofertan en el posgrado.
Dicho esto, valoro la intención constructiva de esta entrada y animo a sus lectores a poner en práctica su contenido, teniendo en cuenta que no todo lo que se dice es cierto.
Saludos,
Sergio
De acuerdo en gran parte del escrito. Corrige por favor la presentación que dais en «quién escribe este blog» «nosotros». Se os ha colado alguna falta de las que mencionas .
En la universidad no te enseñan a ser productivo, o al menos a mí en la UJI hace seis años no me lo enseñaron. Se traducían unas 300 palabras de una semana para otra por asignatura, con un máximo de 900 contando todas las asignaturas o quizá 1200 si te coincidía alguna optativa. En la universidad no se prima la cantidad, sino la calidad. Es como si hicieras una prueba tras otra, no encargos reales. Al fin y al cabo, tiene que servir la traducción semanal para rellenar dos horas de clase con comentarios y debates. Esto se arregla en el último curso con las prácticas en empresa, aunque unos lo aprovechan más que otros según dónde hagan las prácticas.
Entiendo que en tu empresa necesites gente con un nivel de inglés cercano al Proficiency, pero no en todas las universidades se llega a eso. En la UJI, si tenías buen fondo, podías acercarte a este nivel (quizá un 5% de la clase), pero la mayoría de gente no llegaba. De hecho, muchos se quedaban algo por encima del First Certificate, sin más. Al fin y al cabo, a pesar de ser el inglés la lengua B, te podías especializar más bien en lengua C o en traducción A1A2, por ejemplo. En Alicante, por el contrario, podías tener el inglés como lengua C directamente, según la variedad a la que accedieras: francés o alemán. De hecho, para tener inglés como lengua B, tenías que ser casi casi un cerebrito, dada la absurda nota de corta que pedían, razón por la cual huí al norte.
Finalmente, me alegra saber que mi CV cumple todos los requisitos que enumeras. De hecho, en su día hice minería de datos descargando CV a mansalva y observando qué podía aprovechar de los mejores.
PD: Marea muchísimo que los comentarios estén en orden cronológico inverso. Es lo más lógico y útil, pero como la mayoría de blogs (y en el correo y los foros) hacen lo contrario…
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