Traductores: las dificultades de «cobrar caro»
Traductores baratos: a los que les asignan los encargos más fáciles, los mejores plazos, les pagan mes a mes… Levantan un poquito la mano.
Traductores «caros»: todos aquellos que cobran más por los servicios de traducción que el grupo mayoritario de proveedores (a sabiendas o no – porque puede que ni lo sepan).
Estos traductores lo suelen tener un poco más difícil porque les asignan:
- Los plazos más urgentes;
- Plazos en festivos, fines de semana, etc. (cuando los otros están descansando);
- Los clientes más difíciles y más exigentes;
- La revisión más exigente;
- El trato: suele ser peor;
- En cuanto a los pagos, pagan antes a los habituales o regulares (los que necesitan) y siendo outsider no te pagan mes a mes porque como cobras más es que te debe de sobrar el dinero…
Ejemplo de situación negativa para un traductor «caro»
CASO – Solo te mandan cosas urgentes (textos pequeños) para hoy y para mañana (y te llaman en cualquier sitio y a cualquier hora). Lo que puede fastidiar al «traductor caro» en este caso es que a lo mejor tienen un grupo regular de traductores a los que les asignan los encargos con más chicha – escrituras de cierta longitud, cuentas anuales, etc. y se lo dan a gente con mucha menos experiencia y a ti te dan «las migajas» que no quiere nadie.
Pues los típicos textos de 500 palabras que son para una prueba y los va a revisar el jefe del cliente. Claro que si eso es lo que te cae siempre y ganas 2 pesetas con ello, te puedes volver tariro.
En este contexto, entiendo que la gente se plantee bajar los precios o cualquier cosa, pero igual también es una idea — como llevo años diciendo en este blog — hacer un branding propio de los servicios de traducción y tener una clientela más variada. Son cosas en las que me he empeñado aunque lleve tiempo, esfuerzo y dinero y no dé (para nada) un resultado inmediato.
El mercado de la traducción no es transparente
En cuanto a los precios: el mercado no es transparente, de modo que no sabemos lo que cobran los otros traductores a cada cliente. En todo caso y, aún sabiéndolo, los encargos que ofrecen a los unos y a los otros no son los mismos, de tal manera que con encargos pequeños uno se puede encontrar que aunque el precio nominal del servicio de traducción sea más caro, en realidad se gana menos porque necesita el doble de clientes / encargos para ganar lo mismo.
Los gastos son diferentes
También es destacable que no todo el mundo tiene los mismos gastos: porque no es lo mismo (fiscalmente) vivir en España que en EE.UU., no es lo mismo tener una S.L. que ser autónomo, ni es lo mismo gente que no es autónoma y factura con algún método esporádico.
El tiempo que llevan unos y otros en el mercado no es el mismo
Es importante también que igual una persona viene de otra época cuando los precios no estaban tan bajos y mal que bien uno se podía ganar la vida en traducción. Ahora nos encontramos con gente que factura menos pero nosotros no hemos subido nuestros precios y, es más, teniendo en cuenta la serie histórica incluso los hemos bajado con respecto a 10 años atrás.
En cuanto a traductores: el cliente decide lo que quiere
El cliente decide lo que quiere hacer. Si no le gusta el precio, puede rechazar la oferta (amablemente, eso sí) y buscar otra cosa más barata.
- El cliente también puede ofrecer una rebaja a cambio de alguna mejora. Por ejemplo: pagos más rápìdos, encargos más fáciles, etc.;
- El cliente rara vez va a solucionar el problema criticando. Lo que debe hacer es buscar algo más barato y mejor (si lo hay, que muchas veces el tema es que no lo hay);
- Puede preguntar también si existen descuentos para ciertos tipos de documentos.
Por último, también se puede decir la verdad: que no tienes dinero. Me he encontrado en el caso muchas veces que quería comprar algo y no podía. Entonces simplemente he dicho que no podía. Que me encantaría, pero que no puedo. Y, a menos que el vendedor sea un descerebrado, no te va a poder discutir eso.
Calidad en la traducción más allá de lo aparente
En este contexto también me planteo que la calidad va mucho más allá de lo aparente. A veces, nos encontramos con que las agencias se empecinan en una serie de minucias a las que dan demasiada importancia y no entendemos por qué. También tenemos que pensar que la mayoría de la gente con la que trabajan es muy burra, porque es muy barata y prácticamente lo hace todo al vuelo ya que, de otro modo, sería imposible.
Entonces, se han tenido que inventar unos controles de calidad para sacar una serie de cosas a las que se da una importancia sobremedida. Y es verdad que un error un «2» en vez de un «3» en un código de barras en un formulario de 999.999.999.999.999.999.999.999.999 (¡¡no!! — que el último nueve era ocho y lo has puesto mal). Es verdad que si ponía «monta tanto» y has puesto «tanto monta» era un error, porque era una inconsistencia y para las TMs eso es fatal, fatal.
Y es verdad que si ponía Sanchez sin tilde en realidad había que poner Sánchez con tilde y eso era un error.
Y, sin embargo, no me acaban de convencer. Porque pienso que todo esto es verdad pero que debe de haber algo más porque cada día veo más traducciones en las que minuciosamente está todo: y todos los números, y todo coherente y consistente, y todas las tildes puestas… Pero, me siguen pareciendo un bodrio horrendo y no me gustan.
Razones por las que muchas traducciones no me parecen acertadas
Está todo puesto en su sitio y no falta nada. Pero a la vez falta algo y la impresión es mala. Simplemente porque el resultado carece de calidad.
- Porque la redacción es mala;
- La traducción es muy literal;
- La estructura sintáctica es pobre;
- Porque la expresión es parca y no se usa un vocabulario más curioso;
- Frecuentemente la terminología está mal traducida. Incluso en el caso de cosas muy corrientes y sin que sea un despiste o un error por las prisas. Son errores recurrentes muy concienzudamente pensados.
- Porque hay alguna frase retorcida del original y no han entendido nada y no dice lo mismo;
- Porque hay frases que no se entiende nada y están mal traducidas y con falsos sentidos…
Un ejemplo de errores terminológicos
Un ejemplo de errores terminológicos me lo he encontrado con cosas muy simples en revisiones recientes. La verdad es que cometo muchos errores yo mismo (el primero) y de todo tipo, así que nadie está libre de pecado. Pero pienso que hay que pedir perdón cuando hay que pedirlo y hay que discutir cuando hay que discutir.
Un ejemplo es una escritura que me pasaron para jurar de una agencia. Tenía mil comentarios buenísimos de clientes la empresa y lo único que me extrañó de la agencia es que no parecía que hubiera traductores (¿puede ser que en una empresa de traducción no haya traductores? — pues aparentemente sí y hay CFO, COO, CEO, Jefe de Client Relationship Management, Jefe de Marketing Digital y Cross-Cutting Storytelling for Clients y varios cargos más de esos molones en inglés, pero traductores lo que se dice traductores, ninguno).
No son errores de bulto o por agotamiento
El caso es que en el texto a revisar una persona que ponía «demand» para demanda. Y no era un despiste ni lo que llaman en segundas lenguas «interferencia» ni lo que llaman los castizos «que se te crucen los cables» (que es algo que puede pasar trabajando apurado a y toda leche). No. Era deliberado y lo habían puesto 1, 2, 3, 7 o 10 veces. Eso y mil cosas más. Tan horrible era que me dieron las 5 de la mañana y al final decidí que era insalvable y que iba a adelantar más traduciendo las últimas páginas yo mismo.
Otra experiencia reciente fue un texto que habían visto 3 revisores y venía la opinión de revisor 1, revisor 2, revisor 3… Y me dije: «¡Madre mía! ¡Cometen un error y encima lo discuten!» Y les dije que leyeran mi artículo sobre la traducción de estatutos sociales (que es gratis) y que seguro que iban a encontrar una opinión sobre lo que preguntaban. Que no hacía falta revisor de nada, con leer el artículo es suficiente.
Un ejemplo de mediocridad de textos
Pongamos que vamos a la librería (física u online, la que queráis) y nos compramos dos libros.
Uno es «El Quijote» y otro es una novelucha o novelita romántica barata. El caso es que aunque «El Quijote» tenga una errata en la página 314, párrafo 2, y hayan impreso (en esa edición) una página al revés por error (le damos la vuelta y nos la leemos igual) nos sigue pareciendo una estupenda novela. Por la narrativa, por la calidad de la redacción, por el hilo argumental, por la riqueza lingüística… Sabemos que nos encontramos ante algo único.
Por otra parte, empezamos a leer la novelucha. Trata de una pastora de Milwaukee que se enamora del hijo de un cura y tienen un romance. En algún momento nos empieza a cansar la pobreza del argumento. Nos aburren los diálogos parecen muy forzados. Nos extrañan las traducciones literales del inglés, el poco sentido de alguna frase (que no entendemos) o el vocabulario repetitivo. Y nos damos cuenta de que incluso en el caso de que estuviera todo perfecto, que no hubiera ninguna errata, que todos los «2» estuvieran puestos como «2» y todos los «3» como «3», seguiría siendo una BASURA y la dejamos de leer asqueados.
Aunque la mona se vista de seda…
Es lo que pasa con miles y miles de traducciones que vemos en cientos de webs. Incluso de supuestas «súper empresas»: que las traducciones que tienen colgadas son todas BASURA. Aunque hayan pasado las miles de QA , habrá escrito la chica de Client Relationship Management para decir que Sánchez era con tilde y no sin tilde. E inspeccionado la tabla de números con lupa de la buena.
Pero, sin embargo, sigue siendo basura todo lo que tienen puesto en esas webs.
Y a veces es algo tan inespecífico en cuanto a lo concreto. Y sin embargo es evidente para todo tipo de gente que lo lee… Incluso una persona no nativa que ve algo muy calcado y no le acaba de cuadrar. O que lee una frase en inglés y al ver que no tiene nada que ver con el español, se extraña.
Arte y talento
.Naturalmente es un problema de arte y talento. Como todo lo que tenga que ver con arte, hay gente que posee un don y hay gente que no. Hay gente que por mucho que se empecine nunca podrá tenerlo y les puede fastidiar, pero es así. Porque un Picasso puede tener un mal día, o un Ronaldo fallar un gol, pero siguen siendo genios. En cambio, hay muchos otros que no es que tengan un mal día, no. Ees que ni su mejor día será como el peor de los otros…
a vHay gente que dibuja como Van Gogh y hay gente que hace copias de «Los Girasoles» en clases. Y las vende cada fin de semana en el Rastro. O tal vez trata de colocarles los cuadros a sus pobres familiares. Y no sabría decirte cuál es el problema: el por qué de la mediocridad de la copia. Primero, es mediocre porque es copia y no es original y eso ya le resta algo de brillo propio. Segundo, porque ni los trazos, ni la luz, ni las sombras, ni la perspectiva son de maestro de la pintura.
El valor tiene un precio, no sólo material
A veces nos puede parecer evidente que la copia es mala por algo sutil. Por ejemplo, una sombra en un lugar donde no debería haber ninguna. O un pétalo sin forma aparente de pétalo y, por tanto, mal dibujado. Otras veces las sombras son correctas así como los pétalos, pero hay algo forzado, sin vida, sin cualidades…Como si se tratara de un género de «falsa perfección» que es mediocre, blandengue, artificial, sintética, cursi y pusilánime… Todo ello nos deja sin una impresión concreta, en una especie de limbo de ni fu ni fa. Con un aspecto final que no nos acaba de convencer.
Esto mismo me pasa con miles de traducciones que leo.
Y sí, imagino que serán baratas también.
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Hola, Leon:
Muy interesante tu visión sobre el arte de la traducción y los errores de apariencia, más que de fondo. Me parece a mí que las agencias, especialmente las grandes que se dedican a hacer traducciones al peso, tienen mucha culpa de eso: como compiten más por precio que por otra cosa y luchan por tener a los traductores más rentables, se sacan de la manga esos errores que abultan mucho de cara al cliente, pero que se dejan por el camino todos esos calcos, etc. que espantan a cualquiera. Y tampoco debemos echarles la culpa a ellas, ya que el volumen de traducción es tan elevado y los consumidores están expuestos a tal cantidad de información que muy díficilmente podemos comparar el Quijote con la política de privacidad de una web cualquiera en términos de «calidad» del texto.
Pues no lo sé cuál es la solución. Pero, resumiendo:
– No tienen por qué ser agencias grandes: pueden ser pequeñas o de una persona también.
– No tienen por qué ser textos ni de «El Quijote» ni de una política de privacidad… (– al hilo de esto me acuerdo que precisamente estábamos comentando una empresa que tenía una web horrenda y nos había rechazado un presupuesto y lo decía una traductora de otro idioma que apreciaba que el inglés era malo –).
– Fíjate que incluso en una web tan insignificante como esta han estado una semana peleando por una palabra (amateur) para arriba y para abajo… Y no es la web de una empresa del Ibex 35.
– Aun siendo una política de privacidad, tampoco me parece algo tan baladí: espera a que te pongan la demanda porque está mal redactada…
– Finalmente, a mí me es indiferente si quieren tener a la gente trabajando un mes por 500 euros día y noche (y que conste que lo he probado e intentado): yo no puedo y explico algunos de los motivos (y otros no los explico).
– El artículo también se dirige a clientes finales, que deben considerar lo que dicen las agencias, lo que dicen los traductores y otras cosas.
– Por último, es un artículo de blog y además de opinión de modo que no se pueden cubrir todos los temas de forma exhaustiva y el sesgo va a ser siempre el del punto de vista del autor.
Saludos,
Leon
Quizá no se ha entendido bien mi comentario, pero me refería a que, para el cliente final, no todos los textos son igual de importantes. Puse el ejemplo de la política de privacidad porque es algo que la mayor parte de la gente ni se lee. Podría haber hablado del contrato de licencia de cualquier software que nadie se lee.
El riesgo de que haya una metedura de pata en la traducción de estos documentos por contratar a gente incompetente está ahí, pero ¿qué probabilidades hay de que se demande a una empresa por eso? Además, en la mayor parte de los contratos de ese tipo pone que si hay algún error, la interpretación debe realizarse sobre el texto original, no sobre la traducción.
Me parece bastante complicado vender a un cliente que la traducción debe realizarla un profesional por «miedo» a que le demanden. Y más complicado es si apenas hay casos de estos, con lo cual es un riesgo que les sale muy a cuenta asumir si no tienen presupuesto o prefieren dedicarlo a otras cosas.
Mmm… Hay más razones. La optimización SEO podría ser otra. Y la imagen podría ser otra.
En mi política de privacidad, primero me mandaron de una consultora el texto que debía meter (no lo puede hacer cualquiera y es necesaria una cierta formación) y luego yo me permití hacer unos cambios pequeñitos para optimizar el texto un poco para SEO repitiendo una serie de palabras clave para cuadrar el texto desde ese punto de vista y conforme a los parámetros que marca un programa.
Posteriormente, desde el punto de vista lingüístico, hice cambios mínimos (porque no me dejaban hacer cambios significativos ni «cambiar una coma») pero hice lo mínimo de corregir algún espacio, errata o alguna cosa de puntuación mínima que no me cuadraba o gustaba. Posteriormente revisaron los expertos el texto y dieron el OK y allí está. Y ya si hay una queja o nos demandan, por lo menos hemos tomado las medidas razonables y mínimas y las hemos documentado.
Por lo demás, estoy de acuerdo contigo en asumir todo lo asumible si es para ayudar a un cliente.
Un saludo,
Leon Hunter
Me sigue trastornando un poco el comentario de las políticas de privacidad… He estado pensando y un artículo lo redacté sobre políticas de cookies: https://www.leonhunter.com/traducir-politicas-de-cookies/
La verdad es que no soy una mega empresa, pero al ver que mandaban varias, en la primera me puedo equivocar y dudar, en la segunda también pero ya a la tercera y a la cuarta me pongo a investigar.
Hice el artículo y lo cierto es que encontré errores (o al menos, dudas) sobre la traducción de políticas de cookies, y haciendo búsquedas en Google emergía dónde estaban los errores y en qué páginas. Sin ánimo de criticar a nadie, es preocupante porque no es una traducción, es que son cientos y miles.
Lo cierto es que me pregunto que si yo — con tan poco beneficio y tan poco volumen — me he planteado hacer esta (pequeñita) investigación y documentarla que por qué una empresa grande con los volúmenes tan elevados que dices no lo ha hecho.
Sí que es verdad que todo es discutible y no hay blanco y negro en la traducción pero hay muchas cosas que se pueden mejorar y hay cosas de sustancia que veo mal y que es tan fácil como poner una palabra clave en Google y ver las miles de webs que tienen X término mal traducido y nadie se ha preocupado de filtrarlo.
Leon Hunter
Hola, Leon:
Qué pedazo de artículo y qué bien argumentado. Te felicito.
¿Por qué no se da cuenta de esto la gente? Yo también lo veo continuamente. Cuando reviso y redacto contenidos me encuentro con escritos que han pasado por varios «lingüistas», entre ellos, revisores y no me explico cómo puede faltar lo esencial. Efectivamente, en muchos casos se cuida la forma y no el fondo.
En fin, muchas gracias por invitarnos a la reflexión y también por darle visibilidad a estas cuestiones.
Un abrazo,
Marián
Es un esfuerzo que aumente la conciencia sobre estos temas, pero poco a poco… 🙂
Leon
Yo flipo cuando me escribe algún PM que trabaja para una agencia de traducción y en las dos líneas (cortas) del e-mail hay tres errores graves de ortografía, de esos para los que el profesor te iba a poner un 3 en el instante. Si se trata de un español, quizá los errores no sean tan graves (en español), pero he encontrado PM rumanos (personas muy majas, tal vez), que me escriben en rumano, y para los que su idioma nativo todavía es un misterio, si juzgamos por las faltas monumentales de ortografía. Y esa persona va a decidir a quién contrata para un proyecto de traducción…
Igual se ha entendido mal algo el artículo… El fin principal no era machacar a las agencias sino darles argumentos también. Pienso que si estamos debajo de ellas para bien o para mal muchas veces y ellas nos representan, lo que necesitamos es un «manager»… Como el artista que tiene un PR o un manager que le saca medio millón por el bolo. Pues esto es lo mismo.
Gracias por leer 🙂
Leon Hunter
Mi idea tampoco es machacar a las agencias, al fin y al cabo trabajamos juntos. Lo que me pregunto es en qué medida una persona que escribe mal en el idioma para el cual me contrata va a saber discernir entre un buen traductor (que por descontado debe escribir gramaticalmente correcto) y otro que… digamos no tanto. ¿Acaso es solo el precio el que hace la diferencia?
Pues son reflexiones muy válidas, Anca.
Un saludo,
Leon Hunter
Interesante artículo. Pongo mi granito de sal.
Yo, sin quererlo, pasé de ser traductora «barata» a traductora «cara», no porque haya subido mis tarifas, sino porque una de las agencias con la que (casi ya no) trabajo descubrió que en otros países podía obtener «traducciones» a la mitad del precio que yo cobro. Pongo «traducciones» entre comillas porque habría que ver la calidad.
El resultado es que en un año pasé de facturarles digamos cinco equis a una equis. Nunca me dijeron nada, pero no se necesita ser vidente para entender lo que está pasando. De pronto empecé a recibir más trabajos de revisión que de traducción, pero mucho más esporádicos.
¿Qué hice? Subí mis tarifas. Y si me piden algo urgente o en fin de semana, hay cargo extra. Con el plazo de pago no hay negociación. Si me pagan tarde, no los vuelvo a sacar de un apuro que, aparentemente, para eso es para lo único que me buscan ahora y por lo único que aceptan pagar mis tarifas. El resultado es que ya casi no trabajo para ellos, si acaso 3 a 5 pequeños proyectos por año; recurren a mí como última instancia y sé que lo hacen porque no tienen otra opción. Pero por mi parte me los he quitado de encima casi por completo y tengo más tiempo para trabajar con otros clientes a quienes les interesa más pagar calidad que reducir sus costos a la mínima expresión. Yo no lo veo como una dificultad, sino como una «win/win situation». Si quieren usarme para salir de sus problemas, les va a costar. Si no les gusta, pues el mar está lleno de traductores; digo, de peces…
Las agencias dependen de los traductores…que quiere decir esto, que al contactar con cientos de traductores de diferentes idiomas y comprobar sus diferencias de precio, forma de trabajo, etc tienen que intentar y pelear por dar un trato justo al cliente. Si todos, tanto agencias como traductores dieran un precio justo no habría problemas. El problema es que dentro de las traductores hay diferencias de precio abismales tan diferentes que una agencia se tiene que poner las pilas…La pregunta es que riesgo y valor añadido da uno y otro? Una agencia tiene que pagar por su local (Sea el que sea), Sus trabajadores comerciales para conseguir clientes, marketing, etc…Sus programas, ordenadores, etc…y además es responsable de la traducción entregada al cliente al 100%. Si algo esta mal el traductor se va de rositas…con no trabajar para esta agencia es suficiente…La agencia pierde el cliente que tanto le costo y su dinero, de esta manera una agencia está obligada a seguir invirtiendo en la revisión sumando costes una y otra vez. Si un traductor pone una tarifa alta, la agencia tiene que duplicarla o ganar menos para poder pagar gastos que son necesarios corriendo riesgos altos…por lo tanto ni los riesgos ni los costes son iguales, un traductor puede trabajar desde casa con su portatil sin depender de nadie…Las agencias rara vez pueden ganar más porque tienen que poner margenes para poder pagar gastos mínimos y a más alto el porcentaje menos clientes tendrá. Sólo hay que ver la diferencia de precios para el mismo idioma que hay…algunos cobran más que una agencia…es impresionante!
Hola:
Estoy de acuerdo con lo de la oficina. La verdad es que en la crisis he tenido muy malas experiencias y no todo se sabe.
También hay traductores (o empresas en las que trabajan traductores) que alquilamos oficinas, contratamos gente y nos enfrentamos a esos problemas de costes (sobre todo los de pago, que es un mal endémico).
Y es carísimo todo eso y difícil de mantener (dímelo a mí…)… :)))
Pienso que no tengo la aspiración de trabajar con un portátil en mi casa, aunque a veces haya tenido que hacerlo.
Uno de los motivos por los que cerré una oficina grande en 2012 (una que tenía con bastantes trabajadores con contrato) es que tenía clientes que eran agencias, empresas, particulares… Pero tenía mala suerte y me tomaban el pelo.
No pagaban en el plazo legal, aprovechaban nuestra infraestructura para entregas y recepciones de juradas y en general tomaban el pelo. Nos pagaban como a traductores de esos del portátil cuando teníamos más personal y servicio que las propias agencias. Hicimos mucho esfuerzo (también los trabajadores que era gente muy joven y tenía la ilusión de aprender — realmente aprender — un oficio… Y esta era una diferencia fundamental con respecto a una agencia porque les estábamos enseñando a traducir).
Frecuentemente era la agencia la del «portátil en su casa» y se aprovechaban, incluso llegando a decir que era empleado suyo o que éramos algún tipo de siervos a su servicio, para que fueran sus clientes a mi oficina, o aprovecharan el tiempo y gestión de mi personal para entregas y para otros favores varios.
Por eso ahora tengo la visión que tengo y pienso que no: que hay mucha de esta gente que no aporta nada y no da ningún servicio mejor que el mío. Mejor que el de otros traductores, puede ser, pero mejor que el mío, no necesariamente.
Por mi parte, el único problema que veo de subcontratar es adelantar el dinero de las facturas y que alguna no la paguen. Pero están las líneas de crédito para eso. Y, lógicamente, tenemos que reclamar más a la administración y poner más demandas y quejas sobre el tema de los pagos y la injusticia tributaria con respecto a la PYME (yo lo haría, pero no me puedo encarar a todo el mundo…).
Pienso que sí, que la agencia debe ser responsable del pago de sus clientes (yo soy responsable del pago de los míos) y que el hecho de que el cliente no pague a la agencia no es culpa del traductor (si el traductor ha hecho todo lo que tenía que hacer). Lo que pasa es que no siempre es así y frecuentemente te sueltan lo de «te pago cuando pague el cliente». O se embolsan el dinero y no pagan. O firman un contrato para pagar a 90 días cuando el Tribunal Supremo ha dicho que es ilegal hace poquísimo (y, de todas formas, era de cajón que no se podía firmar un contrato contrario a la ley).
En fin, pienso que en España poco a poco se irá solucionando todo y, en la traducción, pues si es todo muy malo y no pagan, pues evidentemente no podremos trabajar. Eso llevo diciendo casi 10 años en el blog y como el que oye llover.
También he dicho que las agencias tendrían que esforzarse por pagar más al traductor y han ido en la dirección justamente contraria, y eso también incide en que haya menos gente profesional, que la gente profesional (la poca que hay) suba los precios o se ponga más chunga para aceptar encargos y en que, en general, los traductores que trabajan para agencias del «mercado medio» sean muy malos (porque suelen ser baratos también).
Pues hace poco nos estaban diciendo de una agencia que teníamos que cobrar «cuatro céntimos» y luego estaban mandando mails generales porque sus traductores no sabían ni pasar la ortografía… Pues normal, porque serán gente becaria o medio becaria que trabajará con un portátil en su casa (si eso). Pero por ese dinero… ¿qué querías? Pues si pagas cuatro duros, obtienes lo de cuatro duros. Puede haber excepciones de gente muy cara y muy mala o gente muy barata y muy buena. Pero, en general, es lo de «pay peanuts, get monkeys».
Al final, es todo una cuestión de lógica económica y si no da para vivir o te cuesta dinero trabajar pues llega un momento que recortas de un lado y de otro. Y hay gente que ha cerrado.
No soy el único que ha recortado costes, conozco a gente que ha cerrado todo y se ha ido del país y que o trabajan en empresas o ya no trabajan en traducción y lo han dejado.
En fin, es triste pero como ha ido todo en un sentido y no ha sido el más favorable pues ahora me estoy enfocando en otros temas y escribo menos artículos como este (que es de hace un año).
Un saludo y gracias por opinar,
Leon Hunter